Noche
de lluvia, oscura y triste. Los heridos descansan en la Resistencia, todos
graves, o con heridas leves. Deprimidos por perder, o alegres por vivir. Pero
todos descansando y preocupados por su propio estado, sin mirar al de al lado.
MADRE
reposa en su habitación, sus heridas son importantes, y aunque fue debidamente
curada a tiempo, no puede moverse porque al intentarlo grita de dolor y sus
heridas se abren nuevamente. Unos almohadones le permiten estar levemente
sentada, para así poder hacer las listas de lo que les hace falta, el conteo de
las cosas perdidas, las ganadas. Los muertos y los vivos. Suspira, nunca fue
buena en matemáticas. Sí, era del Edén, iba a la mejor escuela privada del
país, justamente a la que va Eva, pero lo suyo era el deporte y la moda. Todo
lo relacionado a estudiar se los dejaba a los “nerds” a los que molestaba,
nerds como su sobrina, y al verla se siente culpable, se pregunta ¿alguien la
molestará como hacía yo con mis compañeras? ¿Saldrá a bailar y competirá con
sus amigas para ver cuántos chicos besa cada una? Se ríe, no, Eva no es así. Es
inteligente y divertida a la vez, habla de videojuegos, películas y libros. Y
aún siendo de adentro, no discrimina a los Olvidados, no los mira con
desprecio. Sí, odia la comida que le dan, odia no poder bañarse, odia casi
todo. Pero no se burla de ellos, no los juzga, no busca constantemente que el
hombre que ama la mate… se ríe nuevamente, si lo hace. Joel continuamente
amenaza con matarla, y eso la hace reír. ¡Cuántos recuerdos! ¡Cuántos recuerdos
se le vienen a la mente! Recuerdos de su amado Jack.
¿Qué será de William? William… ¡años
enamorada de él! Soñaba con casarme con él y tener muchos hijos, era una nena
tan despreocupada en ese entonces… —suspira—. ¿Y Richard? ¿Él estará bien, seguirá
permitiendo que el trabajo le consuma la vida? ¿Y Briggitte, al fin logró que
Richard descansara? ¿Habrán dejado de pelearse una vez en su vida? Todos… ¿cómo
estarán todos? Nadie debe recordarme, vamos Joan, ¿cómo van a recordarte?
Philip Bleirskin te borró de la historia, Joan Lambert jamás existió, ¿quién te
recuerda…? Si me vieran así, en una cama completamente herida, llena de
cicatrices, ciega de un ojo gracias a esa joven Assasin… los chicos que decían
gustar de mí, ¿qué pensarían de ver a la hermosa Joan así? Todo se arruinó
gracias a Bleirskin, toda mi vida se arruinó por Philip. ¡Cuánto me alegro que
PADRE del Sur lo haya matado! Ese hijo de puta que me arruinó la vida… no, no
la arruinó. Él me dio una vida, sino fuera por él no hubiera conocido a Jack,
ni a Joel, ni a Christ, ni a Claude y Axel, ni a nadie… gracias Philip, te debo
esta vida…pero él, Ciro… —gruñe—. Mientras
que yo estoy acá tirada vos estás arruinando vidas, ¡arruinando mí vida!
Maldito, ¿cómo hubiera sido mi vida si realmente fuera tu esposa…? Vos seguís
igual, no cambiaste nada, absolutamente nada. Siempre tan estúpido, engreído,
sonriente como si todo estuviera bien. ¡Siempre tan hijo de puta! —se mira
una pulsera de plata en la mano, tiene un grabado—. “Te amaré por siempre, Ciro”… amor, si eso se llama amor, ¡era obsesión
pendejo! Vos no cambiaste nada… Lilya, no la conocí bien, no la recuerdo mucho,
era sólo una niña… pero él —sonríe con picardía—. A él si lo recuerdo, esos ojos verdes y penetrantes que parecían
comerme y desnudarme, esa voz sexy al hablar con una sonrisa pícara. Vos si
cambiaste, y cuánto cambiaste. Cambiaste demasiado, y para mal… Jair…
Mientras
tanto, Rebeca está sentada en el comedor de la Resistencia, junto a Erik, y
frente a ellos están Levi y Eva. Cenan unos de esos guisos-menjunjes que
siempre hacen, Eva lo revuelve con la cuchara, con asco, con náuseas, y decide
no comer otra vez. Levi se enoja por eso, pero como siempre termina ayudándola
a conseguir otra cosa. Siempre fina al comer, delicada y exquisita, eso hace
que todos la odien, y que sólo Levi la quiera. Él la quiere, le tomó cariño,
porque a pesar de su manera de ser, es buena, es una chica buena y dulce que se
preocupa por los demás aún cuando es rica y de un mundo perfecto.
Rebeca
le habla a Erik como si los años no hubieran pasado, le cuenta sobre su tiempo
en la Resistencia, las cosas que aprendió, le cuenta de Dante, su ex novio. Y
él la mira, asiente con la cabeza. Le cuesta comprender muchas cosas, no
comprende la mitad de los sentimientos que ella le expresa, no comprende lo que
es el amor, el dolor o el placer, o nada. Él le pregunta sobre eso, le pregunta
sobre las cosas que no entiende para poder entender, pero si hay algo que
Rebeca no tiene es paciencia, y termina enojándose e insultándolo, tratándolo
de estúpido.
—No
sos el Erik que yo quería, sólo sos una cosa que lleva su cuerpo —dice con
desprecio.
—Si
no te agrado, no me hables. Viví diez años sin vos, puedo… vivir mi vida de igual
forma… —se pone más serio de lo normal.
—Dios,
¡sos como un nene! ¡Tenés veintidós años, no puede ser que te tenga que
explicar todo como si fueras un bebé, la puta madre!
—No
es mi culpa —frunce el ceño.
—Lo
sé, es de los Bleirskin… pero aún así me jode que seas así.
—Lo
lamento, pero si te molesta… no me hables.
—Pfff,
aún así, sos Erik, ese nene lindo que tanto quise —suspira.
—Pero…
el Hunter que odiás.
—Rogá
que siga recordando al nene…
Rebeca
se ríe para no insultarlo o no golpearlo. Odia que sea así de “estúpido”, odia
que sea un Hunter. No es el mismo Erik, ese nene valiente y fuerte, el asusto y
habilidoso, murió… ahora sólo hay un Hunter que debe aprender todo de nuevo…
Eva
mira la forma en que lo trata, no le agrada eso, así que interrumpe su discusión
para preguntarle cosas a él, su nombre, edad, gustos y demás cosas. Cuando él
no comprende un sentimiento, ella se lo explica lo mejor que puede,
sonriéndole. Eso lo hace sentirse a gusto, se siente feliz, aceptado por
alguien. Puede ver en los ojos de Eva, aún sabiendo que es la hija del hombre
que lo hizo Hunter, ve en ella una persona de bien, ve bondad, amor, dulzura e
inocencia. Algo en él le dice que debe protegerla, algo en él le dice que no
debe permitir que nada ni nadie la lastime. Sonríe mirándola, le parece una
chica muy bonita, el cabello ondulado teñido de pelirrojo, con las raíces
rubias bastante notorias, su rostro bonito, es el único que nota el parecido
enorme que tiene con MADRE. Sonríe, sabe la verdad, es una lástima que ella no
lo sepa.
Rebeca
los mira, gruñe por lo bajo y se pone de pie alejándose, llena de odio. No
soporta ni a Eva ni al nuevo Erik, así que decide irse a molestar a su amigo
Joel, mientras que Erik logra hacer que Eva cene. Se ríen, y ella logra hacer que Erik sonría un poco,
logra hacer que su inexpresivo rostro muestre sentimientos.
Con el paso de los días Eva, Erik y Levi establecen
una buena amistad, y de a poco Cynthia se va uniendo a ese grupito, tratando de
aceptar a los “monstruos asesinos” del lugar. Eva le enseña a Erik las cosas
que no comprende, en especial lo relacionado a sentimientos, pero cuando salta
con sus cosas intelectuales de matemáticas o ciencias, Levi la queda mirando
sin comprender una palabra, mientras que Erik llega a comprender más que él.
—¿Cómo es… el Edén? —pregunta Erik una noche en el
cuarto, viéndola sentada en la cama de Levi.
—Es hermoso, está lleno de pasto y plantas, las cosas
son muy lindas. Pero la gente es asquerosa y muy… diferente a ustedes. Los de
adentro son casi todos ricos, muy pocos son humildes, y hasta ellos son
engreídos y vividores… la gente es egoísta, no les importa lo que le sucede al
prójimo con tal de que ellos estén bien —Eva suspira.
—Me gustaría conocer cómo es —Levi sonríe.
—Algún día, si encontramos la manera de hacerme
entrar, ¡podemos ir a mi casa! No sé, ver unas películas, ¡sería divertido! —sonríe
y salta en el lugar, emocionada, hiperactiva.
—Películas… eso era lo que dijiste la otra vez, ¿no?
¿Eso raro que muestra como la vida de otras personas? ¿Qué tiene de divertido?
—Levi la mira sin comprender.
—Ay, ¡vas a ver que es divertido! —Eva sigue saltando
en el lugar, emocionada.
—Sería interesante… —Erik sonríe.
—Awww, ¿ves? ¡”Zerito” me apoya en la idea! —lo abraza
sonriendo.
—Ja, me hacés recordar a alguien siendo así, tan feliz
e hiperactiva… —Levi sonríe mirándola.
—¿A quién?
—A mi novia… —sonríe y suspira—. Era así, hablaba y
hablaba todo el tiempo, era ultra alegre, siempre sonriendo, siempre saltando y
bailando… —se ríe, luego se pone serio y la mira afligido al recordar algo
típico de Tallulah—. ¡¿No serás ninfómana o sí?!
—¡¿Qué?! ¡No! Jamás estuve con alguien, Levi… ni siquiera
tuve mi primer beso… —se encoge de hombros, avergonzada.
—¿De verdad? ¿Jamás besaste a nadie? —Levi la mira
incrédulo, la mira de arriba abajo, con esa falda negra y una campera igual,
con zapatillas botitas rosas. Su cabello rojo y con raíces rubias, y sus ojos
verde claro llenos de alegría en ese hermoso rostro.
—Sí… o sea, no soy una chica “popular”, soy la nerd
del curso, la que responde la pregunta cuando la profesora aún termina de
hacerla… —se encoge más, casi escondiéndose—. No hay chico que guste de mí, los
que me miran es sólo porque soy la heredera de mi padre…
—Pero, si sos muy… bonita… —Erik la mira, le parece una
mujer muy hermosa—. Sos perfecta, ¿qué clase de idiota… te ve fea?
—Eva, sos hermosa, ¿qué decís? ¡Sabés cuántos deben
morir por vos! ¡Mirate por el amor de Dios! ¡Sos hermosa! —Levi la señala con
las manos.
—Ustedes lo dicen porque son mis amigos…
—Eva, yo no miento… sos muy bonita, ya vas a encontrar
alguien bueno que sea… para vos y te quiera… —Erik sonríe.
MADRE se pone de pie, revisa sus heridas, está mejor, el
paso de los días hizo que pueda mejorar y que pueda mantenerse en pie, aunque
le duele bastante. Se mira en un espejo, se toca el vientre. Le hubiera gustado
darle otro hijo a su amado Jack, quizás un varón, un “Christopher” como quería
ponerle si era varón. Toca el espejo, ¿qué pensaría su amado Jack si la viera
así, herida, llena de cicatrices y con un ojo ciego? Se ríe, no, él no la
despreciaría, sabe perfectamente lo que Jack haría al verla… la abrazaría de la
cintura y la besaría poniéndola contra una pared, para luego hacerle el amor de
forma apasionada. Él amaba a las grandes guerreras, no llegó a verla hecha una
guerrera temible…
Se viste de blanco, con el tapado de igual color que
Christopher le regaló. Se coloca un cuchillo en el borcego y pistolas en las
piernas, más dos cuchillos en su cadera, bajo el tapado. Se ata el cabello en
una colita y se mira, así la hubiera amado más Jack, siendo lo que ahora es,
una gran guerrera. Mira a su hija, que juega
con una muñequita rota que ella le reparó, se agacha frente a ella y le besa la
frente.
—¿Te vas mami?
—Sí, pero no le digas a nadie… hay algo que quiero
hacer, vuelvo pronto.
—Bueno, ¿me vas a enseñar más cosas cuando vengas?
—Por supuesto, a ver… ¡pegá acá! —levanta las manos
para que ella la golpee con sus puños, Hayleén sonríe y le pega una trompada a
una mano y otra a la otra mano, MADRE sonríe y sacude las manos, sus palmas
quedaron rosadas y algo adoloridas.
—¿Te dolió má? —pone un rostro triste.
—No hija, no dolió… sólo me hiciste recordar mucho a
papi, sos fuerte como papi… —la abraza llena de orgullo, todos creen que
Hayleén es ella en pinta, y es así, físicamente es igual a ella pero en versión
niña. Pero aún así, es más Dissel que cualquier cosa, tiene la fuerza de Jack,
la fuerza típica de los Dissel…
Se pone de pie y abre la puerta, mira a los costados y
sale sigilosamente. Se apura para salir, corre hacia la entrada abriendo
despacio la puerta chillona y delatora, para que no la delate. Y al salir se
apoya en la pared, si David, el francotirador y guardia nocturno la ve va a
tener muchos problemas. Aún siendo la líder, no puede hacer lo que quiere, y
menos estando herida, no cuando todos la tratan como a una vieja invalida.
Rodea las paredes de la Resistencia para que él no la pueda ver y sale por
atrás, así David jamás tendría oportunidad de verla.
Perdónenme,
pero necesito hacer algo por ustedes… ¿qué clase de MADRE sería sino hago algo
útil? No pienso quedarme en una cama a esperar mi muerte…
Eva se lava en el cuarto de lavado siguiendo las
instrucciones que siempre les dan, le cuesta seguir eso de no gastar agua.
Desea bañarse y oler bonito, pero sabe que si gasta mucha agua la Resistencia
sufriría mucho. Se lava con el agua justa, refregándose la piel con una esponja.
El jabón es blanco, con un olor asqueroso, acostumbrada a las mejores cosas
extranjeras usar eso la afecta bastante, pero lo acepta, no puede ser
desagradecida.
Levi y Erik la esperan afuera, ni uno ni el otro
piensan permitir que alguien ingrese justo y pueda ver a Eva en ese estado de
desnudez. Sí, son amigos muy cuidas y protectores, y se alegran de ser así.
Mientras tanto hablan, Erik le pregunta a Levi cómo es eso del noviazgo, o
hacer el amor, y él le explica, sorprendido de que no lo sepa. Todos en la
Resistencia creen que Erik es virgen, sin saber que es usado como juguete de
muchas militares desde los quince años, y que tiene más experiencia sexual que
todos en la Resistencia. Pero Erik es reservado, y no tiene necesidad de decir
eso, no le encuentra sentido, no entiende por qué todos están tan fascinados
con el sexo, todas esas veces que se acostó con mujeres siguiendo órdenes no
sintió que podría vivir de eso, sólo hacía su trabajo. Se aseguraba de que
quedaran satisfechas y se retiraba, ¿placer, qué es eso? No lo comprende,
apenas sintió un cosquilleo.
Eva sale enseguida y se le cuelga al cuello a Erik,
que la levanta de las piernas subiéndola a caballito. Ella se ríe como una
niña, ama la amistad que formó con ambos, sus amigas del Edén no son realmente
amigas. Luly lo único que hacía era refregarle en la cara sus logros, sus
chicos, su popularidad, su experiencia sexual. Y Belu siempre la escuchó, la
consoló, pero aún así es más unida a Luly. El único verdadero amigo que siempre
tuvo es Rayden, su computadora, un ser irreal. Con Erik y Levi puede ser ella
misma, puede decir sus cosas locas sin que la miren raro o se le rían, puede
bailar, gritar, saltar, sin que se quejen. Puede ser feliz, y ellos aman verla
feliz. Erik la lleva a caballito de regreso el cuarto de Levi, que camina junto
a ellos pegándole a Eva en las piernas, y ella pateándolo, o intentando
patearlo entre risas. La gente de la Resistencia se corre al verlos, ven pasar
a las “cosas” de la Resistencia, el grupito más odiado y despreciado, y los
murmullos son obvios. Levi no parece afectarse por ellos, y Erik es como si no
lo sintiera, quizás porque no comprende muchas de las cosas que le dicen, la
única palabra que sí le afecta es “asesino”. Pero Eva se entristece cuando la
insultan sin conocerla o se burlan de ella… pero al escuchar cómo insultan a
sus amigos saca una parte de ella que jamás había conocido, la valiente. Se
baja de la espalda de Erik y le hace frente a un chico que se reía de Levi y lo
insultaba, se pone delante de él y lo mira con odio.
—¿Qué pasa? ¿Por qué molestás a Levi? ¿Por qué no se
lo decís en la cara sin esconderte tras tus amiguitos, o acaso le tenés miedo?
Yo que vos le tendría miedo… sí, por supuesto que sí, porque puede matarte de
un solo movimiento… —mira a los demás—. ¿Qué hay de Zero? ¿Por qué no se animan
a decirle las cosas de frente? Ah, ya sé… ¡también le tienen miedo!
—Eva, vamos, dejalos… —Levi la toma del brazo.
—¡CAGONES! —les grita.
—No sos nadie nenita, si no estuviera MADRE para
cuidarte te aseguro que estarías muerta. No es buena idea hacerte la linda acá,
nadie te banca pelotudita —el chico se ríe, luego mira a Levi— Y vos rajá de
acá, feo…
—¿Feo? ¿Levi feo? —Eva se ríe, mira al chico frente
suyo, de cabello enrulado y negro, ojos marrones, nariz ganchuda y labios carnosos,
se ríe a carcajadas— ¡Si ambos estuvieran en el Edén, Levi sería un modelo estrella
y vos un vendedor de churros en el tren! ¡No sos nadie y no serías nada! —se
ríe más fuerte, el chico se enoja y quiere golpearla, pero alguien le frena la
mano.
—¡No la toques imbécil! —dice Cynthia mirándolo con
odio.
—¡Mejor no te metas Cyn porque me va a chupar un huevo
esa panza eh!
—¿Estás seguro de que querés golpearme, Mati? ¿Muy
seguro? —Cynthia le hace frente, apretando su panza de embarazada contra él—.
Soy hermana de Dante el Grande, soy su aprendiz… ¿estás seguro de que querés
pelear contra mí? —sonríe, el chico traga saliva y se aleja.
Cynthia sonríe, sabía que se quedaría callado. Mira a
Eva y le pregunta si está bien, ella sonríe y asiente, luego se lanza sobre la
espalda de Erik nuevamente subiéndose a caballito para llegar al cuarto de
Levi. Cynthia los acompaña, se hizo amiga de Eva en la enfermería el día que
todos pelearon contra los Hunters, y Erik es un hombre tan dulce que no puede
odiarlo, aún siendo el asesino de su novio.
MADRE camina adolorida, pasa por la Resistencia del
Sur, la mira desde lejos y sonríe pensando en sus “hermanitos menores”, Axel y
Claude. Suspira al recordar que gracias a Jack y ella es que está ese odio
profundo entre el Norte y el Sur, todos creen que es por Tallulah y Levi, ya
que Tallulah era Sureña y abandonó su puesto de Tercera Capitana para escapar
al Norte con Levi, pero no, fue por culpa suya y de Jack. Cierra los ojos,
recuerda esa tarde en la que Christopher hablaba con PADRE del Sur junto con
Jack, ella recorría el Sur, y al ver a un hombre golpeando a un niño se quedó
helada, era un hombre de gran musculatura masacrando a un pobre niño. Se puso a
gritar, llamando la atención de Jack, que en ese momento no era su pareja, sólo
un compañero de la Resistencia que la odiaba, o fingía odiarla para esconder
que la amaba. Al ver lo mismo se acercó lleno de ira y comenzó a golpearlo, una
y otra y otra vez, se pelearon en el suelo, hasta que Jack vio el rostro herido
del niño, se llenó aún más de ira y mató al hombre a golpes. El Sur se enojó,
acababa de matar al mejor médico del lugar, no les importó que ese hombre haya
estado masacrando a su propio hijo, pero si se preocuparon en ver al Norte
atacando al Sur…
MADRE está frente a OMEGA, respira hondo, le duelen
las piernas, ya está por amanecer. Caminó horas, le duelen las heridas y vomita
sangre en el suelo. Vigila a los guardias, buscando un punto ciego por dónde
entrar. Si la base fuera la antigua, la abandonada, sabría entrar, la conocía
bastante bien. Pero esta no, sólo una vez pudo entrar junto a Christopher. Un
guardia se da la vuelta y se acerca a su compañero, bosteza estirando los
brazos. Los ve hablar, tronarse los huesos del cuello. Ese es su momento, mira
a los francotiradores, el que debería apuntarla a ella se corre una mosca del
rostro, ese es verdaderamente su momento. Corre poniendo su vida en ello,
poniendo todas las fuerzas existentes en ella hasta llegar ahí. Se apoya en la
pared y se asoma en la esquina, un guardia se está alejando, vigilando el
lugar. Camina lentamente tras él y lo asfixia con el brazo, desmayándolo. Sigue
avanzando y entra por una puerta, mirando a su alrededor, todo es blanco. Respira
hondo, debe llegar al anteúltimo piso, donde está la oficina de Jair Bleirskin.
Vigila para no cruzarse a nadie, ve la cámara de seguridad. Cierra los ojos y
trata de usar sus dotes como Lambert, nunca fue una verdadera Lambert, nunca
comprendió nada de su propia tecnología, pero si hay algo que aprendió al ver a
su hermano trabajar, fue a dejar de hacer funcionar las cosas, su mejor habilidad,
“romper la tecnología”. Saca de su bolsito un aparato largo metálico, que
podría ser tranquilamente sólo una lata, pero es más que eso, es un invento de
su hermano, un invento que hace que por tres minutos las cosas eléctricas dejen
de funcionar. Lo enciende y lo lanza cerca de las cámaras, la lucecita roja de
las cámaras se apagan, y ella comienza a correr sin hacer sonido por esos
pasillos, tratando de evitar a los soldados, y más aún, a los Assasins. Ve un
ascensor, está por acercarse a él pero escucha una voz, se apoya contra una
pared, escondiéndose en un pequeño hueco. Reconoce a esa Assasin joven con la
que una vez luchó, la que la cegó de un ojo. La reconoce, ahora es una mujer
muy bonita pero de baja estatura. Su cabello negro recogido en una colita alta,
sus ojos verdes esmeralda y esa cicatriz larga sobre su ceja izquierda.
Definitivamente es ella, aunque está vestida con el uniforme militar, ¿ahora es militar? Piensa MADRE. Intenta
recordar su nombre, no lo recuerda… ¿Ayelén?
No… ¿A… algo? ¡Ashley! Ashley Keller… la ve caminar junto a un hombre que
le lleva al menos tres cabezas de altura, de cabello pelirrojo. Él quiere subir
por el ascensor, pero ella se ríe y comienza a correr por las escaleras, él
resopla y la sigue insultándola.
Luego de ver que están lejos vigila que no haya nadie
más, llama al ascensor y ve la cámara apuntándola… mierda, ya se pasaron los tres minutos. El ascensor llega justo,
entra y aprieta el botón hasta el piso que debe llegar. Se agacha en el suelo y
saca de su bolso un aparato negro, y con su cuchillo abre la tapa que cubre los
cables del ascensor. Conecta el aparato con un cable y reza hacer las cosas
bien, ahora se arrepiente de no haber intentado ser una verdadera Lambert.
Logra hacer que el ascensor no se detenga en ningún piso. Su corazón late a mil
por hora, no teme morir, teme morir antes de conseguir lo que desea. Llega al
piso anterior al de Jair y frena el ascensor, no es idiota, no se va a bajar
donde de seguro los soldados y Assasins la esperan.
Tal y
como pensé, acá no hay nadie… bien Joan, no serás tan inteligente como Richard
o como Eva, ¡pero tu cabeza funciona a veces! —sonríe ante ese pensamiento, ahora es el problema—. ¿Cómo carajo llego a la oficina de Jair sin
ser vista?
Siente su piel erizarse al pensar en Jair, cierra los
ojos y trata de tranquilizarse “Perdón
Jack, de verdad…”. Sube corriendo las escaleras, se asoma por el pasillo,
los Assasins no están, quizás no llamaron Assasins. Los soldados hablan entre
sí, deciden separarse para buscarla. Ella camina lentamente esperando a que se
alejen lo necesario, preparando su pistola por si las dudas. Pero ellos no
voltean, y justo cuando está por voltearse uno ella llega a la oficina de Jair
y cierra la puerta rápido tras suyo. Respira hondo apoyada ahí. Mira el
interior, está todo a oscuras, vacío. Jair no está. Corre hacia la computadora
holográfica de Jair, todo tiene código, y ella no es hacker como sí lo es Eva.
Golpea el escritorio con odio, maldiciendo. Pero entonces siente un brazo que
la toma de la cintura y otro que le cubre la boca, y luego esa voz…
—Si gritás mis guardias van a venir… —le destapa
suavemente la boca, ella intenta golpearlo, pero Jair le frena todos los
golpes.
—¡Soltame! —logra encajarle un codazo en el vientre,
él la aprieta con más fuerza y le quita una pistola de la cintura, la apunta en
la sien y susurra en su oído.
—Joan Lambert… tanto tiempo, ¿venís a matarme a mí o a
mi hermano? —le besa el cuello y ella se muerde los labios, pidiéndole perdón a
Jack en la mente por desear a ese hombre.
—A ninguno… —susurra.
—¿Me vas a decir que viniste hasta acá sólo para
visitar a tu ex cuñado? Si es así podría pedirte una taza de té… o quizás
prefieras una copa de vino dulce…
Le acaricia el vientre besándole el cuello de forma sensual,
insinuante, MADRE siente su piel erizarse. Él la suelta y ella voltea
bruscamente y lo mira hacia arriba, encontrándose con esos ojos verdes, pero
con una mirada fría e insensible, ya no es la mirada sexy y provocativa que le
gustaba de adolescente. Ella no responde la pregunta del porqué está ahí, sabe
que diga lo que diga Jair la mataría igual, o eso cree. Él se cruza de brazos y
la mira de arriba abajo, esboza una sonrisa pícara y la mira con la mirada que
ella adora, la seductora.
—La joven Joan creció bastante, se volvió más hermosa
aún… -
—Y el sexy Jair se volvió menos sexy…
Él se ríe a carcajadas, la mira y dice “30 de abril”. La computadora comienza a
abrir los archivos, ella lo mira sorprendida. Jair se acerca más a ella y le
susurra al oído con la seductora voz que a ella le vuelve la piel de gallina.
—No es sencillo ser líder, ¿verdad, hermosa Joan?
—Lo sé, realmente lo sé…
—Me alegro que lo sepas, tu visita fue… inspiradora…
Se acerca a su rostro, rozando sus labios con los de
ella, que se acerca para besarlo con los ojos cerrados, pero él se aleja de
ella, haciéndose desear para luego salir de la oficina, ella lo sigue con la
mirada y suspira, respira hondo y copia la información que quería, la que Jair
le dio. La que ella quiso toda su vida… “Nanomáquinas".
Salir de OMEGA no es tan sencillo como entrar, la
vigilancia aumentó, no le queda otra cosa que hacer más que matar soldados y
correr a toda velocidad. Aún así, los soldados tienen autos y motos, podrían
matarla en cualquier momento. Logra salir, la cuestión es correr lo suficiente
mientras es perseguida, pero una moto negra y una Assasin conocida se detienen
frente a ella, la voz suave de esa mujer diciéndole “nos volvemos a encontrar…”. MADRE la apunta con el arma, pero
Keller se ríe.
—¿Me ve armada, Joan?
—No pienso ser detenida, mejor correte pendeja o te
mato.
—¿Realmente piensa que va a poder escapar? Mire esos
soldados, el francotirador que la apunta a su nuca mientras habla conmigo… ¿qué
le hace creer que saldrá con vida?
—Nada, no temo morir… —sonríe, Keller se ríe.
—Esa respuesta fue la que hizo que vivas diez años
atrás…
—Y calculo que me hará vivir ahora de igual forma.
—Usted y yo nos entendemos… —levanta una ceja y MADRE
voltea disparándole al francotirador, Keller acelera con la moto mientras que
MADRE se sube tras ella.
—¿Por qué me ayudás? —le dice al oído.
—Porque estoy enojada con mi señor, ¿qué mejor manera
de joderlo que dejándote escapar?
MADRE sonríe, no conoce mujer más rebelde que esa
Assasin, la que sólo sigue a su corazón. Ahora tiene la información que quiere,
la que quiso siempre, la que le salvará la vida a sus hijos. Sonríe, Jair
cambió mucho desde que lo vio por última vez… ¿cómo hubieran sido las cosas si
ella se hubiera casado con Ciro Bleirskin y Jair fuera su cuñado? Se ríe, lo
sabe perfectamente, serían amantes…
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