En la Resistencia, Erik duerme, se mueve de un lado a
otro, tiene una pesadilla. Sueña que él sostiene los brazos de N° 9 para que
sea violada por distintos soldados, la escucha gritar y llorar pidiéndole
ayuda, pero él finge no escucharla y sostiene sus brazos con más fuerza, hasta
casi lastimarla. Se despierta jadeante y se refriega el rostro, se toca el
pecho y cierra los ojos, ya no soporta más, desde que salió de OMEGA que sueña
con esos horribles recuerdos que lo llenan de culpa. No puede quitarse de la
mente a esa mujer de piel morena y cobriza, con el cabello largo por debajo de
la cadera color negro, esa mujer que lleva el número 9 como código.
N° 9,
debo ayudarte en algo, tal vez… estarías mejor con nosotros… —piensa, duda un instante, luego de pone de pie para
consultarle sus dudas a MADRE.
MADRE está en su oficina mirando su alianza de oro,
que tiene el nombre de Jack grabado. Sonríe, ese regalo que les hizo Bruce en
su casamiento. Bruce, qué buen chico que era, él conseguía todo sólo con una
sonrisa. Se hacía amigo de los soldados, trataba con respeto a las mujeres
militares, y ellos le regalaban cosas, a diferencia de Dalila Folks que se
prostituía por cosas al igual que Joel. Sonríe recordando a ese amigo al que
quería tanto, luego se cubre la boca, su pecho la presiona y siente que se le
clavan las costillas en los pulmones. Su estómago se revuelve, ya sabe lo que
va a vomitar, sólo sangre, vomita sangre en su mano. Está jadeante y agotada,
su rostro es pálido, está ojerosa, demacrada.
Ya…
ya no doy más. Ya no tengo la misma fuerza que antes, ya casi no tengo fuerzas para mantenerme
en pie… pero debo resistir un poco más, sólo un poco más… —piensa
refregándose el pecho.
En ese momento golpean la puerta, ella limpia la
sangre en su rostro y en sus manos, y hace que pase sea quien sea en la puerta,
viendo a Erik. Le sonríe preguntándole qué sucede, suelen ir a consultarle
cosas o a quejarse toda la Resistencia, salvo él o Levi. Levi sólo pide permiso
para hacer determinadas cosas, como robar o pasear por los alrededores.
Erik le cuenta sobre su pesadilla, le pide consejo. No
sabe qué hacer y está cansado de sentir ese dolor en su pecho, esa culpa que lo
carcome. Se mira las manos diciendo que él la sostenía, que él permitía que la
lastimen. Se siente culpable, se siente peor que los propios soldados que la
abusaban.
—¿Qué tenés pensado hacer por ella? —MADRE sonríe
acercándose a él, le recuerda mucho a Jack en lo físico, pero a Bruce en manera
de ser.
—No lo sé, no sé cómo ayudarla… ya no estoy en OMEGA
para protegerla, y ella no está acá…
—Entonces vamos a tener que traerla con nosotros, ¿no
te parece? —sonríe con picardía, él la mira.
—¿De… verdad?
—Tendrás que traerla, aunque las posibilidades de que
reaccione a sus recuerdos como vos son pocas, lo más probable es que intente
matarnos, ¿estás seguro de querer traerla a pesar de que intente asesinarte?
—No quiero que nadie salga herido, pero tampoco quiero…
que sigan lastimándola, prefiero arriesgarme. Tal vez… podría detenerla…
—Sí, es verdad, tu fuerza es incomparable, podrías
detenerla fácilmente.
—¿Debo… traerla?
—Sí, pero iremos sólo vos y yo, sos un Hunter, tu entrada
en OMEGA está permitida. Si envío a mis guerreros morirían…
Erik asiente y esboza una pequeña sonrisa que hace que
el corazón de MADRE se llene de vida. Se ríe, dos Hunters en la Resistencia, le
parece muy irónico, pero muy útil a la vez.
MADRE se apoya en la pared vomitando más y más sangre,
casi no puede respirar porque en cada intento por aspirar aire traga sangre.
Siente que se ahoga, siente su cuerpo mucho más débil de lo normal. Sabe que no
le queda nada, ¿cuánto tiempo le queda, un mes, dos semanas, una semana, o un
día…? Cierra los ojos y recuerda la voz de Jack diciéndole en medio de su
agonía “prometelo, prometeme que lo vas a hacer…”.
Vamos
Joan, podés aguantar un poco más, sólo unos días más hasta que llegue tu
primogénito… —piensa
mientras se viste con su ropa blanca de pelea, se coloca todas sus armas y el
bolso en la cadera, lista para pelear.
Cuando está lista saluda a Hayleén, le besa la frente
y hace que le golpee las palmas, luego le acaricia la cabeza y la abraza. Va a
buscar a Erik, que está con su vestimenta de Hunter casi destrozada. En sus
manos tiene la máscara de Hunter, la mira con tristeza.
—¿Sucede algo? —le pregunta.
—Con esto maté a muchas personas, no quiero… ser un
asesino otra vez, tengo miedo de… ser lo que era…
—No te preocupes Erik, tenés un buen corazón. No sos
un asesino, va a estar todo bien… —le acaricia la espalda, pero se refriega el
pecho y vomita sangre.
—¿Ya… es su hora? —la mira con tristeza.
—Si Erik, ya me llegó la hora, pero la voy a
aprovechar al máximo, ¡vámonos!
Mientras tanto en Star, un hombre de cabello rubio
está sentado en su oficina, grande y rodeada de bibliotecas. En su escritorio
hay muchos papeles, notas, cuentas. Su computadora holográfica no para de
mostrarle cuentas y más cuentas matemáticas y químicas. Y en el borde del
escritorio, casi escondido entre tanto papelerío, la foto de Eva. El hombre
habla con Jair Bleirskin por el teléfono holográfico, discuten, luego llegan a
un acuerdo. Ambos con su rostro frío, inexpresivo y serio, casi lleno de odio,
ambos hermosos. Ambos de ojos verdes, unos claros y los otros casi
fluorescentes.
En ese momento entra Eva corriendo, feliz.
—¡Papi! ¿Qué pasa?
—¿Ya se fue ese chico de las alcantarillas? —Richard
gira la cabeza para mirarla por encima de sus lentes.
—Sí, se fue hace dos horas… que sea pobre no significa
que sea mala persona, papá —frunce el ceño, enojada por el insulto hacia Joel.
—Eva, no podés unirte a un hombre de las
alcantarillas, un hombre de bajo nivel. Tu deber como Lambert es mantener el
nivel de nuestra familia, y como Lambert que sos y como tradición en nuestra
familia, ¡te casarás con alguien de alto nivel!
—¡¿QUÉ?! —grita retrocediendo un paso, como si le
hubieran dicho lo peor de su vida.
—Tendrás un casamiento arreglado, como todas las
mujeres de la familia Lambert, y esta noche irás a conocer a tu prometido y a
su familia.
—¡No! ¡No pienso casarme con alguien que no amo y que
ni siquiera conozco! —grita, saltando en el lugar, llena de odio.
—Eva, ¡yo solo pienso en tu futuro! Si yo me voy, ¿quién
se va a hacer cargo de vos? ¿Quién te va a dar una vida de lujos? —revisa sus
papeles, casi sin prestarle atención.
—No entendés… —retrocede un paso más mirándolo con
mucha tristeza y los ojos lagrimosos— Vos no entendés nada, ¡yo no quiero los
lujos! ¡¿No te das cuenta que no es lo que me importa?! —llora moviendo los
brazos.
—Ahora andá a cambiarte y arreglarte, tenemos una cena
a la cual asistir.
—¿Él sabe quién soy? ¿Me conoce?
—Ninguno sabe con quien se va a casar, deben conocerse
esta noche.
—¡No quiero!
Grita y se va corriendo, llorando. Se encierra en su
cuarto y se lanza en su cama, hundiendo el rostro en la almohada, ahogando sus
gritos.
No
quiero casarme con alguien que no quiero, no quiero casarme con alguien a quien
no conozco… yo amo a Joel, quiero a Joel a mi lado…
Pasaron unas horas, MADRE y Erik están agachados a
unos cuantos metros de OMEGA, evitando ser vistos por los francotiradores. Hay
demasiados guardias, MADRE se muerde los labios, no sabe qué hacer, actuó
demasiado impulsivamente, ahora se le hace difícil entrar, al contrario de la
vez anterior. Suspira, probablemente sea su culpa…
Erik la mira, él ya tiene un plan. Se lo dice, le pide
que actúe lo mejor posible. Ella lo escucha y sonríe, y al oírlo, siente que
está escuchando a Johnny otra vez, con sus ideas locas y sus estrategias.
Sí
Bruce, tenías razón… Erik es un Dissel completo, tiene lo mejor de los tres… —piensa al verlo, casi con orgullo.
Los guardias se quejan de N° 4, no soportan tener que
trabajar así, con temor a ser asesinados por un Hunter. Ese Hunter es
completamente incontrolable y peligroso, hasta los propios Hunters le temen. Y
mientras hablan escuchan un sonido, apuntan y ven a Erik tironeando a MADRE del
cabello, que tiene las manos atadas y las armas escondidas en su espalda. Al
reconocer a Zero le abren las puertas, pero lo detienen al ver lo que trae, lo
regañan por su retraso, casi preocupados.
—FUI PRISIONERO,
PERO… ME LIBERÉ SARGENTO REYES, LE TRAIGO… UN REGALO A NUESTRA SEÑORA… —Erik levanta a MADRE del cabello, ella se queja de
dolor y le escupe el rostro. Tiene el rostro con sangre, sangre de él.
—Uhm, lindo regalo, ¿quién es? —un soldado la toma del
rostro, ella lo mira con desprecio.
—ELLA ES MADRE,
LÍDER… DE LA RESISTENCIA DEL NORTE…
—¡¿MADRE?!
—Bien hecho Zero, hiciste un gran trabajo… —el
Sargento Reyes sonríe.
—Bien hecho, “Showtime…” —murmura MADRE mirando el
suelo.
Levanta la mirada y deja caer sus supuestas esposas,
los mira sonriendo, se suelta y saca sus dos armas de la cadera, le dispara a los soldados a una velocidad
increíble, mientras que Erik agarra a uno de la cabeza y se la estrella contra
el suelo. Luego le da una trompada a otro soldado lanzándolo lejos y chocando a
tres soldados más. Uno intenta llamar a refuerzos, pero MADRE lo ahorca con
unos alambres que lleva en las manos.
Erik abre la puerta y pone a MADRE tras suyo, por si
alguien dispara. Corren por esos blancos pasillos, siendo vistos por las
cámaras de seguridad. La alarma se acciona, se avisa a toda la base la entrada
de intrusos. MADRE resopla indignada.
—Ya se percataron de nuestra presencia…
—Eso no es problema, el problema es otro… —dice Erik
corriendo a su lado.
—¿Cuál? No tengo miedo… —se esconde tras una pared,
esperando a que los soldados se vayan.
—Mis hermanos…
MADRE asiente, se separan, a partir de ahí sus caminos
se dividen. Ambos tienen otras cosas que hacer… ella avanza y se cruza con unos
soldados, le disparan, pero esquiva todas las balas, agarra a uno con los alambres
y lo tira al suelo. Le da una patada a otro mientras que le dispara con rapidez
a los otros dos, le hace una llave al cuello a otro y lo tira al suelo. Llegan
más soldado, y comienza a dispararles, se tira tras una pared, se asoma y
dispara, los soldados avanzan hacia donde está ella…
Erik se cruza con unos soldados, comienzan a
dispararle, pero él sigue avanzando mientras que saca su espada, sin sentir las
balas. Estira su brazo y los ataca, mata a cinco de un solo movimiento,
cortándolos al medio. Pide disculpas y sigue avanzando, otros soldados siguen
disparando, él levanta la espada y los ataca, mata a cuatro pero uno queda con
vida y le dispara en la mano haciendo que suelte la espada. Erik lanza una
trompada y rompe la pared porque el soldado lo esquiva y le quiere disparar en
la nuca. Erik lo agarra y le da la cabeza contra el suelo. Sigue avanzando y
llega a la zona de los Hunters, mira y ve a todos sus hermanos de pie,
esperándolo.
—HOLA… HERMANO… —dicen algunos.
—TRAIDOR… —dicen otros.
—SALGAN DE MI
CAMINO, NO… QUIERO HACERLES DAÑO… —Erik
los apunta con el puño como advertencia.
En el cuarto de las cámaras de seguridad, los
Comandantes al mando tratan de dar órdenes, pero están nerviosos y no saben qué
hacer. Una mujer hace presencia en el lugar, se escuchan sus tacones acercarse
y ellos sienten un escalofrío recorrer su espina dorsal.
—Los tacos de la muerte… —murmura uno con un fuerte
latir de su corazón.
—¡Escuchen! A partir de ahora yo estoy al mando… —dice
ella cruzándose de brazos, un soldado joven la mira de arriba abajo, cabello
negro recogido en un rodete, camisa blanca, chalequito negro y pollera ajustada
negra, tiro alto, con unos stilettos.
—¿Quién sos para mandarnos? —dice él, un soldado mayor
lo golpea y la mira con miedo.
—D-discúlpelo, es joven… no reconoce a las leyendas…
—Bien, nene… —se acerca a él y sonríe—. ¿Quién soy?
Soy Iara Cruz, mejor conocida como Agente Especial Assasin, Snake. Primer
Assasin mujer del mundo…
Él retrocede un paso tartamudeando, no sabiendo cómo
disculparse. Las mujeres en cien años no lograron ser Assasins, pero ella sí,
la primera, y gracias a ella las otras mujeres pueden ser Assasins. Snake
sonríe y da las órdenes. Pide que cierren todas las entradas al nivel 10, 11 y
12. Sigue a MADRE por las cámaras, ordena que frenen el servicio de todos los
ascensores. Puede ver el odio de MADRE al encontrarse con los ascensores
desconectados, obligándola a correr por las escaleras.
—Cierren la entrada oeste, coloquen soldados en el
este, quiero a tres Assasin en la entrada al nivel 12, ¿escucharon? ¡YA!
—Si señora…—
—Joan Lambert es demasiado astuta, hay que estar un
paso por encima de ella, o ella nos pasará por encima… —se apoya en la mesa,
mirando a MADRE correr por las escaleras en la pantalla.
—¿La conoció, Snake? —pregunta un hombre.
—No… —sonríe—. Pero conocí a su esposo…
Erik está parado en el pasillo de la zona Hunter, rodeado
por sus hermanos inconscientes y heridos. Sus heridas cicatrizan, pero los
fuertes golpes que él les dio no les permite despertar, los dejó inconscientes.
Lo
siento hermanos, luego de esto comenzarán a odiarme. Lo siento, pero no los voy
a matar…
Se quita el casco y sigue avanzando tratando de llegar
al OMEGA-Madre, pero alguien le toca el hombro, él voltea y le lanza una
trompada, pero N° 3 le frena el puño.
—ZERO…
—N° 3, no interfieras, no quiero… hacerte daño… —levanta
su espada, pero N° 3 arroja su katana al suelo como muestra de paz.
—NO PIENSO PELEAR
CONTRA VOS… HERMANO… —se quita el
casco y lo mira con el flequillo cubriendo su ojo izquierdo—. ¿Por qué hacés
esto… Zero?
—Ellos lastiman gente inocente, niños… mujeres, nos
lastiman a… nosotros, a N° 9…
—¿A… N° 9?
—Vos también estabas presente… cuando la herían,
quiero sacar a mi hermana… de acá…
—Entiendo, a mí tampoco me gusta lo que hacen. Está
mal… he matado a personas que no intentaban luchar, no está bien eso… —baja la
mirada.
—¿Por qué seguís acá…? Los Hunters somos… esclavos,
fuimos secuestrados.
—No lo sé, no me gusta estar acá, pero… no lo sé, sólo
sé que… quiero estar junto a nuestra señora Bleirskin, no sé porqué… quiero
irme, pero… no quiero estar lejos de ella…
—¿Estás… enamorado…? ¿La amás? —Erik lo mira
sorprendido.
—¿Estar enamorado? ¿Amar? ¿Qué… es eso?
—Me dijeron que es cuando sentís algo especial por alguien,
y querés… que esté a tu lado siempre, y sos feliz… sólo con esa persona…
—No lo sé, tal vez sea eso… quiero estar con ella… —sonríe
con los ojos iluminados.
Erik sonríe, se alegra por él. Le pregunta qué va a
hacer el día que ella muera, N° 3 parece entristecerse ante ese pensamiento,
luego sonríe y dice “te iré a buscar, hermano”. Erik le toca el hombro con
cariño diciéndole que lo va a estar esperando, y N° 3 le da el paso para que
busque a N° 9, cubriéndolo antes de que lleguen soldados…
MADRE escapa de los soldados, los patea, les dispara,
les corta la yugular y los desarma, y sigue corriendo por las escaleras. Vence
a las tres Assasin que están en la entrada del nivel 12 con mucha facilidad, Iara
Cruz la subestimó demasiado. Se para frente a la oficina de su enemigo mortal,
la persona que más odia en el mundo, y murmura:
—Te encontré Ciro Bleirskin, esta será… mi última gran
batalla…
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