Eva
recorre todo el lugar, techo y paredes de chapa algo oxidadas. Paredes con
maderas formando algunos cuartos, algunas construcciones de ladrillos. El
suelo, el techo y las paredes algo sucios y llenos de humedad, regalos del paso
de tiempo. Se cruza con gente nueva, gente del lugar, vestidos de manera
humilde, al igual que los demás. Algunos la miran raro, casi analizándola,
otros la miran mal, despreciándola, y otros la toman como objeto de burla. Ve
gente vendada, herida, otros gimiendo de dolor, eso la asusta. Hasta que pasa
por el cuarto de Levi, que tiene la puerta abierta; lo ve de espaldas,
acomodando sus cosas, lo ve tan delgado, con el cabello negro y largo por la
cintura, viendo en sus omóplatos la marca de los “Demonios de Bleirskin”. Y más
aún, con el pantalón de cuero ajustado, que lo confunde con una mujer, luego
Levi voltea y la mira, ella se pone roja de vergüenza al darse cuenta de que se
trata de un hombre y no de una bella mujer.
—¿Vos
quién sos? No te conozco… —Levi la mira de arriba abajo y sonríe con una leve
picardía al notar la belleza de Eva.
—Este…
b-bueno…yo… —mira hacia todos lados, retrocediendo. Levi cree que ella también
le teme, y suspira, pensando que así nunca va a tener levante con las mujeres.
Ser un “demonio” hace que nadie se le acerque, pero Eva le habla—. S-soy Eva,
mucho gusto… perdón, es que… estoy conociendo el lugar y… no quería molestarte, recién llegué…
—¿Recién?
¿Sos nueva?
—Sí,
es que, no sé como salí de Star y me
encontró ese chico lindo y ahora estoy acá. Soy del Edén… aún no entiendo nada,
pero vi varios cuartos… y en todos duermen de a muchos… ¿por qué vos dormís
solo?
—Hmph,
porque todos me tienen miedo, me desprecian, nadie quiere dormir conmigo… no me
importa, estoy bien solo —agarra una botella de agua y toma un trago.
—¿No
tenés amigos?
—Tengo
una amiga, Rebeca, no sé si la conociste…
—Si
es esa muy chica linda, la chica con heterocromía total, la que tiene unas
tetas re grandes ¿no? —le muestra con las manos, para simular el tamaño, Levi
se ahoga con el agua que tomaba.
—¡¿Qué cosa?!
—Uy, ¿estás bien? —se acerca a él,
entrando. Lo mira de arriba abajo, alto, igual o apenas uno centímetros más
bajo que Joel. Delgado, pero con lo suyo. Bien blanco, el cabello largo negro,
los ojos rojos, el rostro delicado y dulce, casi femenino, y ese pantalón
ajustado que remarca determinadas partes importantes de su cuerpo, que él tapa
con cadenas y cinturones de tachas. Sonríe y se le escapa algo que pensaba—.
Uh, si que está bueno…
—¿Eh?
¿Te referís a Joel?
—Uy, lo dije en voz alta —piensa
sintiendo cómo sus mejillas se encienden—. No, bah, sí, pero recién no, se me
escapó… me refería a vos… —sonríe, él se pone rojo.
—¿Yo?
¿Estar bueno, yo?
—Sí,
¿ninguna chica te lo dijo? Sos lindo, en serio.
—N-no,
en realidad no… sólo mi novia me lo decía, pero… nunca me dijeron eso… —se
refriega el cuello nervioso, la única mujer que lo había mirado en su vida fue
su fallecida novia, Tallulah.
—Qué
raro, yo pensé que tendrías todas las chicas atrás tuyo, además tenés la cara
como re tierna, y así todo flaquito das como ganas de abrazar, ay, re tierno… —sonríe
mirándolo con dulzura.
—Es
que, todos acá me tiene miedo, incluyendo las chicas… —se sienta en la cama,
Eva se para frente a él, con las manos en la cadera.
—¿Por
qué? Si sos re tierno, sos abrasable…
—Porque
soy un “demonio”, algo despreciable… me viste de espaldas, supongo que viste la
marca de los Demonios de Bleirskin…
—¡¿Sos
un demonio?! —Eva abre los ojos sorprendida, tocándose el pecho.
—No
es que sea un demonio, así se le dice a… bueno, a un experimento fallido… dicen
que los fallidos son como demonios. Podés tenerme miedo también, ya no me
importa —suspira.
—¡Qué
copado! ¡Sos como los de las películas! ¡Ya me parecía que tanta belleza era
demasiada para ser humano! —lo mira emocionada, él la mira confundido,
levantando una ceja.
—Sos
rara, ¿de verdad no te asusta?
—No,
soy fanática de los videojuegos, las películas de ciencia ficción y del animé,
a mi me parece súper sensual…
—En
serio sos rara, se nota que sos del Edén… Eva era tu nombre ¿verdad? Y venís
del Edén, que casualidad… —sonríe.
—Pero
yo no te pregunté tu nombre… ¿cómo te llamas?
—Levi,
me llamo Levi.
—Es
un nombre raro, pero lindo, gusto en conocerte Levi.
—Hace
un momento dijiste algo de que Rebeca era hetero-algo, ¿qué es eso?
—¿Heterocromía
total? Es cuando la persona tiene el iris con diferente color con respecto al otro,
una anomalía que puede ser de nacimiento o adquirida por enfermedad… —él la
mira parpadeando, tratando de comprender sus extrañas palabras, hasta que se da
cuenta que se refiere a sus ojos, ella le sonríe—. Una pregunta, ¿por
casualidad sos amigo de ese chico lindo rubio? —guiña un ojo, sonriendo.
—¿De
Joel? Todo lo contrario, nos odiamos mutuamente, y si te gusta, te digo que
elegiste mal, por que ese pibe es un chanta, sólo usa a las chicas… podés
preguntárselo a cualquiera…
—Oh,
mala suerte… bueno Levi, fue un gusto conocerte, pero quiero seguir recorriendo
el lugar… ¿vos no me podés acompañar? Porque, ya me perdí creo… —se encoge de
hombros, algo avergonzada por haberse perdido.
Levi
le muestra todo el lugar a Eva, el cuarto de las mujeres, grande y con muchas
camas cuchetas, cajas y muebles con ropa, el de los hombres es igual, pero más
desordenado. Los cuartos de las parejas de casados son pequeños, la mayoría
armados por ellos mismos con pedazos de madera para hacer las paredes y tener
privacidad. El comedor es bastante grande, con muchas mesas largas con bancos a
los costados, unas repisas con platos y vasos de metal, o tazas, y la cocina
pequeña, con estantería que tienen los alimentos no perecederos y ollas. El
patio central, donde MADRE da los discursos, es grande, con algunas máquinas
viejas y oxidadas, desde donde se ve el entretecho de los guardias. El gimnasio
es grande también, de chapa y madera, con bolsas de golpear, pesas, máquinas de
entrenamiento, y un gran espacio donde practican cuerpo a cuerpo. Eva ve el
cuarto de MADRE, de ladrillos y se lo señala.
—¿Qué
es eso?
—Es
la habitación de MADRE y Hayleén, pero debe estar ocupada, así que no la
molestemos… —sigue de largo.
—Le
dicen “madre” porque es la líder, ¿no? ¿Por qué? ¿Por qué no le dicen líder y
punto, o jefe?
—Porque
es más que un líder, nuestros líderes nos brindan afecto, cariño, comprensión,
nos escuchan, nos dan de comer, nos consuelan y nos cuidan siempre, son como
nuestros padres. Por eso, por respeto y cariño, los llamamos “PADRE” y “MADRE”.
—¿Y
PADRE? ¿Hay un PADRE?
—No,
PADRE murió, entonces asumió MADRE como líder.
—Ah,
ya veo… ¿y la señora Joan es muy buena peleando?
—Sí,
lo es, tanto, que los militares le tienen miedo, y cuando la ven salen
corriendo… —sonríe mostrando la admiración que le tiene a esa mujer.
—Ah,
copado… ¿y Rebeca y Joel?
—Joel
es el Segundo Capitán en mando, y Rebeca la Tercera, significa que uno de los
dos puede convertirse en líder futuramente, son los dos que mandan por debajo
de MADRE. Ambos pelean muy bien, y también producen miedo, en especial Joel.
Ambos son conocidos como “el Cuervo” y “el Oráculo”.
—Oh,
copado, ¿y vos? —lo mira, intrigada.
—Yo,
uhm… yo no soy tan bueno… soy ágil y muy rápido, además, veo los puntos débiles
de las personas… así que trato de darles ahí, no significa que pelee bien… —se
refriega el cuello.
—No
creo, para mi que peleás bien, en cambio yo no se hacer nada, soy una nerd,
come libros, me la paso estudiando… siempre me llevé gimnasia, soy mala en los
deportes. Mi vida es completa y totalmente aburrida, sin acción… —suspira.
—Bueno,
llegaste a un mundo lleno de acción constante, son pocos los días que estamos
en paz, por lo general estamos peleando… ahora no, porque estamos de luto, y la
mayoría de nosotros está herido…
—Oh,
qué mal… ¿eso qué es? —señala una escalera metálica colgante que da al
entretecho de vigilancia.
—¿Además
de una escalera…? Eso da al entretecho, no hay nada, sólo sirve para los guardias
nocturnos que vigilan el exterior… —mira hacia arriba.
—¿Puedo
verlo?
—¿El
exterior? No te lo recomiendo, venís del Edén, un mundo paradisíaco… ver la
Tierra de los Olvidados sería un poco… traumante…
—No
importa, quiero ver que es lo que está haciendo mi señor Bleirskin junto con mi
padre… perdón, quise decir el General Bleirskin, la costumbre…
—Entiendo,
entonces vení… —sube la escalerita—. Cuidado, muñeca de cristal…
—¿Muñeca
de cristal? —Eva lo mira levantando una ceja.
—Perdón,
es la costumbre… así le decimos a los de adentro…
—¿Por
qué?
—Porque
se rompen de nada… —sonríe hacia un costado.
—¡Eso
es ofensivo! —Eva se trepa por la escalerita, siguiendo a Levi. Al llegar
arriba, Levi le señala el exterior con los brazos.
—Ahí
tenés, mi mundo, la Tierra de los Olvidados, lugar donde los sueños no se
cumplen, donde la felicidad es un mito y la paz, leyendas. Lugar donde la
muerte reina y danza entre nosotros…
El
lugar es oscuro, el cielo nublado, la tierra seca sin pasto, quemado y lleno de
ceniza y sangre. Los pocos árboles que hay están todos quemados y completamente
tétricos, delgados y demacrados, con cuervos en las ramas. Las casas que se ven
a lo lejos están completamente destrozadas, sólo quedan de ellas ladrillos
apilados y muros destrozados, muy pocas se mantienen en pie.
La
Resistencia está rodeada por campos grises de ceniza y polvo, y a la derecha se
puede ver el cementerio de la resistencia, con cruces de madera clavadas en el
suelo, con alguna pertenencia del fallecido colgada en ella. La tristeza y la
muerte se nota en el lugar, la falta de color y brillo, la falta de alegría y
esperanzas. Sólo el dolor y la destrucción predominan ahí.
—Es…
es horrible, es horrible lo que hacen… —se cubre la boca muy afectada,
recordando en su mente el verde y perfecto pasto del Edén, y todas las cosas
bellas que allí hay—. No puedo creer que mi papá ayude para hacer esto…
—¿Tu
papá? —Levi la mira serio.
—Sí,
la señora Joan me dijo que mi padre era uno de los involucrados en el Proyecto
Hunter…
—¿Tu
papá es Lambert, Jackman o Haydenfield? —rechina los dientes con odio, cerrando
los ojos y recordando sus primeros años de vida, siendo analizado por ellos, el
rubio, serio y con anteojos Lambert, el morocho y divertido Jackman, y la
castaña y psicópata Haydenfield. Los odia, los odia a los tres.
—Es…
Richard Lambert… pero, él no es malo… él es bueno, él está buscando la cura
para la gente… se preocupa por todos. No es malo, si se rehúsa a ayudar al General
Bleirskin lo pueden matar…
—¿Sabés
porqué se me llama demonio? ¿Por qué mis ojos son rojos, por qué tengo esa
marca en la espalda? —dice entre dientes, acorralándola contra la pared. Eva
niega, asustada al ver su mirada casi asesina, y su voz llena de odio—. Porque
soy un “mestizo”, como se me dice también, hijo de un asqueroso milico y una Olvidada,
¿sabés qué hicieron conmigo mis padres? Me entregaron a Philip Bleirskin, él me
entregó a tu padre y sus amigos, siendo sólo un bebé recién nacido de ojos
azules.
—Pero…
¿q-qué tiene que ver eso con mi padre…?
—¿Te
explicó MADRE qué son los Hunter? —ella asiente con la cabeza, él se apoya en
la pared, en el borde que da para afuera y mira la oscuridad con tristeza—. Los
Hunters son humanos modificados genéticamente, Marianne Haydenfield creó las
nanomáquinas, lo que hace que los Hunters y algunos Assasins sean casi
indestructibles… —aprieta con odio en sus manos la pared de chapa, casi
doblándola—. Muchos bebés y niños fueron usados en esos experimentos,
necesitaban saber qué efectos producían las nanomáquinas. En un principio las
nanos mataban al portador, así que necesitaban una sustancia catalizadora… —la
mira con desprecio—. Ahí es cuando entra tu papito en acción, creando unos
anticuerpos para que trabajen junto a las nanos, esa sustancia fue llamada “Hell”, porque cambiaba completamente el
metabolismo de los niños y bebés. Ardían por dentro, como si la sangre
burbujeara y te derritiera. Los ojos… ardían, como si se prendieran fuego, el
dolor nos invadía, el sufrimiento era continuo, la muerte hubiera sido más
placentera que esa agonía. El dolor más grande del mundo no puede compararse
con lo que nosotros pasamos, el ardor, el sentir que llamas inexistentes
penetran en tu sangre y tu piel, el sentir que tus ojos pierden visión por las
lágrimas que quemaban como aceite hirviendo. Luego descubrí que mis ojos ya no
eran azules… —aprieta con más fuerza las chapas y aprieta los ojos con igual fuerza,
recordando el dolor, la desesperación, recordando todo lo que desearía olvidar—.
De 100 niños, sólo 20 sobrevivieron a las pruebas… de esos 20, 10 recibieron
nanomáquinas y murieron, cinco la aceptaron, su sangre fue usada para crear a
Zero, el primer Hunter, el de las nanos puras… y los otros cinco fallamos. Sí,
teníamos unas habilidades increíbles, veíamos hasta 300 o más metros de
distancia, corríamos a una velocidad inigualable, saltábamos hasta dos metros o
más de altura, y nos regenerábamos no importa dónde nos dispararan. Los cinco
estuvimos cerca de la muerte. Pero usar nuestras habilidades al máximo nos
lastimaba, nos destruía por dentro, nos hacía débiles… éramos inútiles. Así que
fuimos tirados a las calles ensangrentada para que muramos en soledad, que el
hambre nos castigue y el frío nos azote. Nos llamaron “Demonios”… porque éramos
incontrolables y… —traga saliva, sintiendo la angustia atormentarlo en la
garganta—. Y porque matábamos a todo quien se nos cruce en el camino, sin
importar sexo o edad… y… veíamos la muerte del mundo a nuestro alrededor, la
sangre, la muerte, el dolor… nos parecía divertido… —la mira con tristeza, ella
siente una culpa inmensa por ser hija de su torturador.
—Levi,
yo… lo siento —traga saliva, sin saber qué más decir. Levi la mira con odio,
viendo en ella al hombre que lo llenó de dolor y sufrimiento, al que arruinó su
vida. Pero viendo sus ojos verde claro llenos de inocencia, se tranquiliza y
suspira.
—No digas
nada, no es culpa tuya ser una Lambert. No es culpa tuya que tu padre se haya
visto obligado a jugar con mi vida, como si no valiera nada… —suspira nuevamente
buscando relajarse—. ¿Ahora entendés por qué toda la Resistencia me odia?
Porque soy, no sólo hijo de un militar, sino que soy un arma fallida de
Bleirskin…
Se
quedan en silencio un minuto, luego bajan del entretecho. Aún cuando Levi se
ríe y bromea, Eva se queda en silencio, reflexionando sobre sus palabras,
tratando de imaginar el dolor que pudo haber sufrido en sus primeros cinco años
de vida. Trata de hacerse a la idea de su padre experimentando con gente, con
Levi.
Cuánta maldad, cuánto dolor y cuánta
tristeza hay en este mundo, en la Tierra de los Olvidados…
Se
cruzan con Rebeca y Joel. Él y Levi se miran con odio, luego Joel mira a Eva,
se ríe, diciéndole que va en decadencia si se hace amigos como él. Levi se ríe,
le responde que eso hubiera sucedido si se hacía amiga de él. Se pelean,
discuten, se insultan patéticamente, como niños de cinco años, y se amenazan
con golpearse. Hasta enojarse del todo y revolcarse en el suelo girando y
tratando de encajar un puñetazo en el rostro del otro. Rebeca suspira
refregándose el rostro al ver sus peleas estúpidas e infantiles, luego siente
algo extraño. Siente que todo se detiene, escucha los latidos de su corazón
mucho más fuertes, se desconecta de la realidad. No hay espacio-tiempo, no hay
acá o allá. Abre los ojos, una visión…
La
Resistencia pelea contra los Hunters otra vez, los toman por sorpresa, pero
esta vez, no sobrevive casi nadie. Camina en medio de esa guerra, se ve a sí
misma peleando contra un Hunter que la hiere gravemente, le atraviesa el
vientre con una katana hasta matarla. Ve a Joel pelear contra dos, casi
agonizando. Todos muriendo, el lugar bañado en sangre, Hayleén en el suelo, con
la cabeza separada del cuerpo, al igual que Cynthia, con el vientre abierto de
par en par… sólo Levi y MADRE quedan en
pie, sólo ellos dos en toda la RDN…
Rebeca
sale de la visión y cae, la recibe Joel desde el suelo, sosteniéndola en sus
brazos. Entre él y Levi le preguntan qué vio, ella les explica todo con
desesperación. Entonces Joel la alza para llevarla con MADRE y consultarle qué
hacer, con Eva siguiéndolos sin comprender del todo lo que sucede, sin saber
qué es lo que pasa con Rebeca.
Odio mis visiones, odio este don, esta
maldición…
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