Un
nuevo día comienza, el día en el que los “sorprenderán” los Hunters, aunque
todos están preparados, listos para luchar, entrenados debidamente.
MADRE
revisa las armas, ordena a todos estar listos, tener varios cargadores
preparados, y a los que no suelen usar cuchillos, les ordena llevar uno, así
sus vidas correrían menos riesgo en caso de que las balas se acabasen. Camina
de un lado a otro, tranquilizando a su gente, con su rostro serio, caminando
lentamente con su típica ropa de pelea, un pantalón blanco, campera blanca
abrochada hasta el ombligo, mostrando su profundo escote, y borcegos de igual
color.
Rebeca se cambia de ropa, se
quita su remera negra y se pone el corsé, que permite que sus pechos estén
perfectamente firmes, permitiéndole pelear sin problema. Se coloca las armas
con arneses en las piernas y en la espalda, ata bien el pañuelo de Erik en su
bota derecha y coloca debajo un cuchillo de guerra. Ese pañuelo siempre le dio
suerte, le recuerda que debe ser aún más fuerte, la llama a seguir y superarse
a sí misma.
Joel
fuma su último cigarrillo antes de salir a pelear, mientras esperan el aviso de
los vigilantes sobre la llegada de los Hunter. Sopla el humo de su cigarro,
disfrutando ese sabor a tabaco. Se concentra en imaginar la pelea, en
prepararse mentalmente, en revisar sus armas y cuchillos tal y como le enseñó
siempre su padre. Limpia la ceniza que cayó en su tapado de cuero y tira la
colilla del cigarrillo, para luego pisarlo.
Levi
peina su largo cabello mientras que tranquiliza a Eva, que tiene miedo de lo
que pueda suceder en la batalla, ¿y si ella sale herida? ¿Y si alguien la
ataca? Él se ríe y le promete cuidarla en caso de que algo suceda. Se hicieron
grandes amigos, aún siendo tan distintos y ella hija de la persona que él más
odia, son muy buenos amigos. Levi se acomoda la musculosa ajustada negra,
coloca bien sus cinturones y cadenas para que le den la libertad necesaria al
luchar y ajusta bien los cordones de sus borcegos largos. Se coloca los largos
guantes negros sin dedos y se quita el piercing del labio, por si las dudas. No
desea volver a sentir el dolor de que se lo arranquen, como una vez le pasó en
el pasado.
Chris
abraza a su novia Flor por la espalda, le besa el cuello diciéndole un dulce
“te amo”, mientras que ella coloca sus cuchillos de lanzar que le regaló Joel
en los arneses. Toma una pistola en su mano y se la coloca a Chris en la
cadera, pidiéndole que se cuide en la batalla, con el rostro serio. Él sonríe y
se coloca otra pistola del otro lado, más las dos que lleva en la espalda. Él
es el mejor tirador de la Resistencia, su puntería es excepcional, la mejor que
existe, y Flor es la mejor en lanzamiento de cuchillos y uso de los mismos.
Luego de Rebeca y Joel, ambos son los guerreros más respetados del lugar.
Ángel
habla con Cynthia, le deja un arma por si las dudas, pero ella se niega a
aceptarla. Cuando no estaba embarazada sólo era una peleadora cuerpo a cuerpo,
no le gustan las armas de fuego, pero aún así sabe usarlas. Extraña poder
pelear, no le agrada sentarse a recibir heridos sin mancharse las manos o
arriesgar su vida como el resto.
Eva le desea suerte a Joel, le pide que se
cuide, con las mejillas ruborizadas. Rebeca se ríe burlándose de él por conquistar
a la “muñeca de cristal”. MADRE le encarga a Eva que cuide de Hayleén, a quien
abraza con fuerza, como siempre hace antes de irse a la batalla, diciéndole al
oído “nunca olvides todo lo que te enseñé”.
Luego David, el francotirador de la Resistencia, les avisa que los Hunters se
acercan. Todos los guerreros salen, mientras que los civiles normales se quedan
dentro de la Resistencia, cuidándose entre sí, esperando a los guerreros con
medicinas a mano por si llegan heridos.
Los
guerreros miran hacia el horizonte, ven a todos los Hunters acercándose con sus
armas blancas. Tanto MADRE, Rebeca y Joel, como Levi, Ángel, Flor y Chris, y
los demás guerreros, cargan sus armas y comienzan a disparar, tratando de
vencer a los Hunters sin tener que luchar cuerpo a cuerpo. El hecho de que los
Hunter no usen armas de fuego les da el privilegio de atacar sin necesidad de
cubrirse, así que al tenerlos a una distancia segura, MADRE espera un poco,
luego da la orden para disparar.
—Mierda,
tengo miedo… —dice Daniela, la chica pelirroja vestida como colegiala y con una
escopeta en la mano.
—¡¿Cómo
podés temer con esa cosa en la mano?! —dice una chica riéndose.
—Es
normal temer en estos momentos… —acota Chris disparando con sus armas en ambas
manos a distintos Hunters, casi sin mirar sus blancos.
—Sólo
un cobarde puede temer ahora —dice Flor mirando a su novio concierta vergüenza
ajena, es una mujer fría y fuerte.
—¡Concéntrese!
Un segundo que se distrajeron y eso será lo último que hagan, ¿o acaso quieren
ver cómo los Hunter les cortan la vida con su acero? —MADRE los mira seria,
luego voltea para disparar—. Cobarde es quien no teme, porque se confía
demasiado… ¡que el miedo los haga fuertes y les de la habilidad para seguir!
—¿Y
si morimos? —pregunta Daniela, MADRE la mira entrecerrando los ojos.
—A
veces me pregunto por qué te aceptó Christopher con nosotros, si le temés a
todo… —gruñe, pensando en el “porqué” el anterior PADRE la aceptó, Daniela es
la chica más extrovertida y ninfómana que puede existir, eso responde su
pregunta, después de todo, por más dulce, caballeroso y respetuoso que haya
sido Christopher, seguía siendo un hombre con necesidades de hombre.
—¡Me
aceptó porque sé luchar! —grita Daniela esquivando un ataque de una Hunter que
se acercó mucho a ellos. Le pega un culatazo en la nuca y le dispara, matándola—.
Ah, no era tan difícil como creí –—se ríe, MADRE la apunta asustándola, hasta
que le dispara a un Hunter que tenía tras suyo.
—No
le temas a la muerte, hija, porque la muerte es la única que te abrazará en el
final…
Los
intentos por mantener a los Hunters alejados fueron en vanos, así que ahora
luchan casi cuerpo a cuerpo, aunque continúan gastando balas inútilmente.
Joel
pelea contra dos Hunters, está agotado por su trabajo como “gigoló”. Le pega
una patada a un Hunter, le lanza otra y lo arroja al suelo, luego rápidamente se
coloca tras él y le dispara dos veces en la nuca, matándolo. La otra Hunter se
le tira encima para lastimarlo con sus dos dagas, cortándole la espalda. Joel
grita de dolor y cae al suelo, la Hunter se le lanza encima en un intento por
arrancarle la vida, pero él le dispara en el pecho, aún así ella no frena, como
si no sintiera esas balas atravesándola, sigue intentando matarlo. Joel la toma
del cabello y comienza a golpearla en el cuerpo, ya que en el rostro tiene la
máscara, pero ella le clava una de sus dagas en el costado del cuerpo, haciendo
que Joel la suelte. Se le tira encima y forcejea con él para degollarlo. Joel
puede escuchar los disparos a su alrededor mientras forcejea, los gritos de sus
compañeros, las órdenes de MADRE, las órdenes de otros compañeros. Escucha el
sonido de las espadas y aceros de los Hunters. No puede quitarse a la Hunter de
encima, es muy fuerte, la golpea pero ella continúa, aún así él no tiene miedo,
nunca se siente más vivo como cuando pelea, nació para eso, nació siendo un
guerrero.
—Soy
el cuervo, y les traigo muerte… —dice al clavarle en el vientre un cuchillo.
Se
escucha un disparo cercano y su contrincante cae muerta sobre él, manchándole
el rostro con su sangre. Joel respira hondo, aliviado, entonces mira para ver
quien lo salvó, viendo a Ángel sonriendo con la pistola en la mano. Cierra los
ojos y suspira con una sonrisa.
—Veo
que necesitabas algo de ayuda Cuervito —Ángel le da la mano para ayudarlo a
levantarse.
—¡Pero
si lo tenía todo controlado! —sonríe y se agarra la herida en el costado del
cuerpo con dolor.
—Tengo
que llevarte para adentro… —pasa el brazo derecho de Joel por su hombro para
ayudarlo a caminar.
—No,
estoy bien… puedo seguir peleando, estuve en situaciones peores, un cuchillito
no me va a matar. Soy el cuervo, preveo la muerte pero no muero —sonríe de
manera engreída, corriendo a Ángel.
—El
cuervo, a donde vas, la muerte llega.
—Pero
nunca viene por mí —sonríe mientras recarga su pistola—. Oh, tenemos compañía…
—mira a unos Hunters frente a ellos.
—¿Cómo
en los viejos tiempos? —Ángel sonríe hacia un costado.
—¡Oh
si! ¡El que más Hunters mata más cigarros gana!
Se
ponen espalda con espalda a disparar y pelear juntos, como siempre hicieron.
Compitiendo entre sí, riéndose y disfrutando de esa batalla.
MADRE
está parada con cinco Hunters muertos a su alrededor, salpicada de sangre y con
ambos cuchillos chorreando en sus manos. Está agitada, herida y con el rostro
lleno de odio, su mirada dulce se desvaneció, fue reemplazada por una mirada
que muestra sed de sangre. En la Resistencia es la mujer más buena, dulce y
cariñosa que puede existir, pero en el campo de batalla se convierte en una
guerrera temible e insaciable, que elimina a todo enemigo a su paso sin
preguntar. Frente suyo tiene a dos Hunters con espadas, que giran en torno a
ella, observando sus movimientos, listos para atacarla. Ella los sigue con la
mirada, sin perderse un solo movimiento que hagan. Vomita sangre y se agarra el
pecho adolorida, momento en que los Hunters aprovechan para atacarla. Da una
voltereta para esquivarlos y golpea a uno con una patada, con fuerza le lanza
otra, pero el otro Hunter la ataca, ella se agacha esquivándolo, clavándole su
cuchillo en la cadera. Se pone de pie y le quiere clavar ambos cuchillos en el
cuello, pero él voltea y con un rápido movimiento le clava su espada en el
hígado. Ella grita de dolor, se desabrocha la campera blanca hasta el ombligo y
se toca la herida, ve su mano llena de sangre y se enfurece. El Hunter intenta
lastimarla nuevamente, la atacan entre los dos, uno por adelante y otro por
atrás, ambos la lastiman y ella grita de dolor, siendo atravesada por esas
espadas. Escucha los gritos de sus soldados, todos luchando, pensando: “mis bebés sufren…”. Está por caer al
suelo, vencida, pero recuerda la sonrisa de su hija Hayleén, entonces gira en
el suelo y se pone de pie. Clava sus cuchillos en el cuello del Hunter que
tiene delante y los gira, matándolo. Luego, con mucho dolor y lanzando un
grito, se quita la espada que la atraviesa, luego voltea y le corta el vientre
al otro Hunter con esa espada, que no produce ningún sonido de dolor, pero
intenta atacarla. MADRE se agacha esquivándolo y le clava la espada en el
estómago bien profundo, la saca y le corta la cabeza lanzando un grito
guerrero. Luego sonríe y cae al suelo, mirando el cielo gris, tormentoso,
amenazando con llover. Cierra los ojos recordando el rostro de su amado, pero
riéndose al saber que no lo verá aún, tiene algo pendiente que resolver…
—Lo
lamento Ciro, no te daré el gusto, aún no puedo morir… —murmura.
Rebeca
mira a su alrededor, ve a sus compañeros pelear contra los Hunters, los ve
morir, y otros vivir. Recuerda su visión, todo se le hace igual, idéntico. Eso la llena
de pavor, de dudas, de odio.
—LOS TERRORISTAS…
DEBEN MORIR… —dice el Hunter que está frente a ella, que lleva una
katana como arma.
—¡No
somos terroristas! ¡Maquina inservible!
Le lanza
dos patadas al rostro, el Hunter intenta lastimarla con su katana, pero Rebeca
salta y esquiva el ataque con rapidez. Se tira hacia atrás alejándose de él y
le dispara tres veces en el pecho, pero él sigue caminando sin inmutarse. Rebeca
escucha un par de gritos y mira hacia la Resistencia tras ella, viendo a dos
Hunters ingresar al lugar, pero la lejanía y el enemigo que tiene delante no le
permiten ir, así que le grita a Levi, que está libre. Él voltea, los ve y comienza
a correr a gran velocidad, le dispara en la nuca a dos Hunters que tiene
delante. Una Hunter le corta la espalda, pero él le pega una patada y le
dispara al cuello mientras salta y sigue corriendo, esquivando todo tipo de
ataques, saltando alto, demasiado alto para una persona normal, y corriendo a
una velocidad sobrehumana, utilizando sus habilidades como Demonio de Bleirskin,
que a la hora de batallar, son un regalo de Dios.
Flor
lanza sus cuchillos al pecho de los Hunters, pero ellos no se detienen, está
seria, le incomoda usar pantalón, pero aún así sigue luchando con habilidad.
Sonríe, aún siendo un témpano de hielo en sentimientos, pelear la hace sentir
viva. Esquiva un ataque de su enemigo y le clava en el vientre su cuchillo,
retirando los que le lanzó, y cuando el Hunter voltea para atacarla, un disparo
en la nuca le arrebata la vida a su atacante. Flor sonríe, ¿quién, más que su
novio, podría tener tanta puntería desde tanta distancia? Mira a la lejanía,
donde está Chris apuntándola, él le sonríe dulcemente, moviendo los labios en
lo que sería un “te amo”, ella resopla, siempre tan dulce él, tan empalagoso,
ambos completamente opuestos, pero ambos enamorados profundamente del otro.
Joel
y Ángel están parados mirando los cuerpos de los Hunter muertos. Están
agotados, heridos. Se ríen, terminaron con todos. Bromean y comienzan a caminar
lentamente hacia adentro, ya que Joel está muy herido y le cuesta mantenerse en
pie. Saca su paquete de cigarrillos, pero antes de encender su cigarro ve a un
Hunter cerca de ellos, Ángel maldice intentando disparar, pero ya no tiene más
balas. Maldice nuevamente, pero Joel lo echa, Ángel no desea dejarlo solo, no
en ese estado, pero la mirada de Joel lo convence. El Hunter se acerca a ese
joven rubio de peinado extraño, se paran frente a frente, mientras que Joel lo
mira hacia abajo por esa cabeza y media de altura que los separa.
—HMPH, ¿OTRA VEZ
VOS…?
—Tenemos
un asunto pendiente… ¿verdad, Zero?
—¿QUERÉS MORIR…?
PUEDO CUMPLIR TU DESEO…
—Soy
el Cuervo, y el Cuervo no muere… no me vas a vencer.
—ESO DECÍAN… LOS
OTROS QUE MATÉ… —levanta su espada, apuntándolo.
—¡Qué
cagón que sos! Estoy desarmado y me atacás con una espada gigante, ¿tanto miedo
de morir tenés? —Joel se ríe.
Erik
se ríe con su voz mecanizada, y deja lentamente la espada en el suelo,
vigilando los movimientos de su enemigo. Luego se para firme, esperando a ser
atacado. Pero a pesar de sus heridas, Joel sigue siendo muy rápido y lo ataca
de improviso, apenas dándole tiempo a esquivarlo. Joel es rápido, mientras que
Erik no lo es tanto, no con su musculatura, pero él es mucho más fuerte…
—Hiciste
llorar mucho a Rebeca —Joel le da una fuerte patada al costado del cuerpo—. ¡Y eso
no te lo voy a perdonar!
—¿YO LA HICE… LLORAR...? —Erik
mira hacia la derecha, donde Rebeca pelea contra el Hunter, viendo que él está
ganando.
—Sí,
la hiciste llorar, ¿acaso no te acordás de ella, de cuánto te quería? —le pega
una trompada en el vientre.
Erik
esquiva el siguiente golpe y le lanza una trompada, pero Joel la esquiva con
rapidez, lanzándole una fuerte patada. Erik le frena la pierna y lo levanta en
el aire, para luego arrojarlo al suelo con fuerza. Joel se queja de dolor, pero
cuando Erik intenta pisarlo se corre a un costado y le patea las piernas en un
intento por hacerlo caer, sólo que él no es un tronco fácil de talar. Joel se pone
de pie y se aleja un poco, pero Erik amenaza con darle una trompada en el
rostro, para luego cambiar su ataque en el último segundo y lanzarle una patada
al costado del cuerpo que lo arroja lejos. Se acerca enseguida y lo agarra de
la cabeza, apretándola en su mano, mientras que Joel grita con un sufrimiento
agonizante, entonces lo patea en un intento por soltarse. Pero cuando Erik
impulsa el brazo como para aplastarle la cabeza contra el suelo, se escucha el
grito de Rebeca…
Dentro
de la Resistencia, los dos Hunters que ingresaron mataron a algunas personas e
hirieron a otras, dos de los muertos eran chicos no-guerreros que intentaron
detenerlos. Los Hunters entran en una habitación y quieren lastimar a Cynthia,
Eva y Hayleén, que están ahí. Pero Eva alza a Hayleén y corre de ahí, pensando
en defenderla aún así le cueste la vida, utilizando toda la fuerza de sus
piernas para correr, siendo perseguida por una Hunter. El otro se queda con
Cynthia y levanta su espada para matarla, ella se pone contra un rincón,
aterrada, viendo a ese enorme hombre casi robótico, de cabello largo y rojo a
punto de asesinarla, rojo, como la sangre que pronto recorrerá su cuerpo y
marcará el suelo. Cierra los ojos y grita sin saber qué hacer, pero como no
pasa nada los vuelve a abrir, viendo a Levi frente a ella apoyado con sus manos
en la pared, un poco inclinado sobre ella, con un rostro lleno de dolor y con
la espada atravesada en el estómago, sangrando de gran manera.
—L-Levi…
¿por qué? —lo mira sorprendida, mientras el Hunter quita su espada, haciendo
que Levi grite de dolor.
—¿E-estás
bien? —mira a Cynthia con una sonrisa.
—Sí…
Levi
voltea y el Hunter intenta cortarlo con la espada, pero logra esquivarlo y
golpearle las piernas, haciendo que caiga al suelo. Mira al Hunter tratando de encontrar
todos su puntos débiles, tratando de ver cómo llegar tras él para golpearle la
nuca. Quiere golpearlo en su punto débil, pero el Hunter voltea y le corta el
pecho con la espada. Levi cae al suelo, y su enemigo aprovecha para intentar cortarle
la cabeza con su espada, única forma en la que se cree que podría morir. Pero
entonces se escucha un disparo y el Hunter cae al suelo sin vida, Levi levanta
la cabeza, viendo a Cynthia con el ceño fruncido, apuntando con el arma que
Ángel le dejó.
—Cynthia…
¿me salvaste…? —la mira sorprendido, Cynthia al igual que el resto lo odia de
gran manera, ella siempre disfruta de molestarlo e insultarlo.
—Fue…
¡fue un impulso! No quise salvarte, ¡jamás salvaría a un demonio como vos! —le
corre la mirada, tocándose la panza de embarazada. Él sonríe con cierta
felicidad.
—Gracias
de todas formas…
Eva
cubre con su cuerpo a Hayleén en un rincón del gimnasio, mientras que frente
suyo está la Hunter con un sable en la mano. Está agitada, asustada, llena de
pánico. Puede escuchar sus propios latidos del corazón casi aturdiéndola.
Cierra los ojos esperando su muerte, recordando el Edén, su padre, siempre
ocupado, siempre trabajando. Sus amigas, despreocupadas y con sólo dos cosas en
la mente “moda y chicos”, recuerda a Virgil, ese chico que dice amarla y al
cual ella desprecia. En Joel, ese chico hermoso, mujeriego y engreído que
comenzó a gustarle muchísimo. “¿Moriré
sin siquiera recibir mi primer beso?” piensa. Pero al escuchar a la Hunter
más cerca y lista para atacar, algo dentro suyo se acciona, algo dentro suyo le
dice “Vos podés”. Así que empuja a
Hayleén a un costado y esquiva, sin saber cómo, el ataque de la Hunter. Luego
se pone de pie, sorprendida de sí misma, asustada de sí misma.
Vamos Eva, tantas horas encerrada en el
cuarto de realidad virtual, tantas horas jugando juegos de guerra. Eso, ¡eso!
Es sólo otro juego de guerra, no es la realidad, no es la realidad… ¿qué haría
Snake en este momento? —piensa al correr por el gimnasio
escapando de su atacante.
Ve un
cristalero lleno de armas, corre lo más rápido que puede con sus piernas
temblorosas y rompe el vidrio de una trompada. Se llena de dolor y siente
deseos de llorar al sentir los vidrios clavándose en sus nudillos, mientras que
siente tras suyo a la Hunter y escucha los gritos desesperados de Hayleén. Toma
un arma en su mano, un cargador y corre más lejos.
Vamos, vamos… esto… esto es así, ¡lo
hiciste mil veces en realidad virtual! Dale… —coloca el cargador
con sus manos temblorosas y le quita el seguro— Se realista Eva, esto es la realidad, no un videojuego. Si muero,
muero, no voy a poder reiniciar el juego. Si me equivoco muero… —corre
hacia otro lado, voltea y le dispara a la Hunter cerrando un ojo, le da en el
hombro— No, pierdo percepción y el nivel
de profundidad con un solo ojo, necesito ambos ojos para que la trayectoria sea
certera, que la vista no me engañe. Vamos ojos, hagan algo útil más que leer…
—apunta nuevamente con ambas manos y le dispara en el pecho, pero al ver que no
se detiene se asusta y retrocede. Vuelve a dispararle y nada, la Hunter parece
no sentir las balas, incluso corre así de herida y la ataca con el sable, Eva
la esquiva con dificultad, lanzando un grito fino— Que todas esas horas que desperdicié de mi vida tengan sus frutos
ahora… —le dispara en la espalda y en la nuca, y es ahí cuando la Hunter cae
inerte en el suelo, cubierta de sangre— Y
mi padre decía que los juegos de realidad virtual eran inventos inútiles…
Aún
así Eva se acerca hacia ella con cuidado, apuntándola y la patea con el pie, al
ver que realmente está muerta sonríe, luego reacciona en lo que acaba de hacer.
Tira el arma al suelo y retrocede asustada, luego se deja caer al suelo con un
rostro traumado.
—¡Eva!
¡Lo hiciste! —Hayleén salta festejando, rebosante de alegría.
—Maté
a una persona…
—No
son personas, ¡son Hunters!
—Tenía
un corazón, tenía vida… y yo se la quité —se mira las manos temblorosas y comienza
a llorar de forma histérica.
En
ese momento entra Levi corriendo, ya curado de sus heridas. Al ver a la Hunter
muerta y a Eva llorando en el suelo, se sorprende y se acerca lentamente, los
Hunters son los enemigos más fuertes, en seis años de lucha contra ellos recién
ahora aprendieron como derrotarlos y ella venció a uno sin tener conocimientos
de pelea.
—¿Eva,
vos… mataste un Hunter?
—Maté
a un ser vivo… — continúa mirándose las manos.
—Tranquila
Eva, no pasa nada…
—¡Maté
a un ser vivo!
—Entiendo
tu dolor, pero le salvaste la vida a Hayleén… —le acaricia la espalda
sonriéndole con dulzura.
—Levi…
¿cuándo fue que pasé de ser una nerd rica que amaba los videojuegos, a ser una
asesina? —llora con más fuerza y él la abraza.
—No
llores, no es lindo verte llorar, sos la persona más alegre que conozco… si vos
llorás, ¿qué nos queda a los depresivos? —le besa la cabeza pelirroja, con las
raíces rubias que comienzan a notarse.
—Soy
una asesina, soy una sucia asesina…
—No,
sos una chica hermosa y dulce que salvó la vida de una niña —la suelta y le
acaricia el rostro sonriendo—. Asesino es una palabra que me describe a mí,
después de todo soy un arma fallida que mataba por placer…
Rebeca
sigue peleando, pero no da más, está muy agotada y apenas puede mantenerse en
pie. Esquiva al Hunter lo mejor que puede, ya no le quedan balas, sólo puede
pelear cuerpo a cuerpo, pero su enemigo la ataca y ella no llega a esquivarlo… sin
saber porqué, en un segundo, Rebeca cae al suelo, y con el rostro completamente
asombrado mira a Erik de espaldas, con la katana atravesada en el estómago. Él gira
la cabeza para verla.
—YO PROMETÍ QUE…
TE CUIDARÍA POR SIEMPRE Y PARA… SIEMPRE, Y QUE JAMÁS DEJARÍA QUE NADA… TE PASE...
—se
quita la katana tomándola del filo, cortándose la mano.
—Erik…
te acordaste…
—¿ESTÁS BIEN?
—ZERO, LO QUE HACÉS
ES… ILEGAL, SERÁS ARRESTADO... —el Hunter lo apunta con el dedo
índice.
—DEJÁ A REBECA EN
PAZ…
—ZERO, DEBERÉ
ARRESTARTE POR… TRAICIÓN AL LEGADO BLEIRSKIN, POR CÓMPLICE DE LOS… TERRORISTAS...
—SÓLO CUMPLO CON
UN JURAMENTO PASADO Nº 13, RENDITE… Y NO TE HARÉ DAÑO... —levanta
su enorme espada, preparándose para pelear.
—ENTONCES… MORÍ
CON ELLOS, ZERO... —intenta atacarlo, pero Erik lo esquiva,
luego lo mira, lo ve desarmado, gira la katana en su mano apuntándolo con el
mango, devolviéndosela.
—Nº 13, SI VAMOS A
PELEAR... HAGÁMOSLO BIEN...
Erik
agarra su espada gigante y se pone en posición de pelea, al igual que N° 13. Se
queda quieto, esperando ser atacado, él jamás empieza una pelea. Recuerda una
voz enseñándole eso en su infancia, esa voz masculina discutiendo con otra voz,
ambos rubios… pero no recuerda sus nombres, ni sus rostros, sólo sus voces, sus
consejos, sus palabras. Siempre las recuerda.
Rebeca
lo mira pelear contra los suyos, sólo por defenderla, sólo por salvarla. Sonríe
y siente una emoción inmensa, quizás, sólo quizás, en ese ser que desconoce aún
exista ese niño dulce y fuerte que tanto había querido en el pasado.
—¡Se
acuerda de mi! —se dice a sí misma, pero una voz en su interior murmura—. Estúpida, nunca te olvidó...
Nº 13
intenta cortar a Erik con la katana, él lo esquiva y lo corta con la espada pero
no llega a detenerlo. Su hermano sigue peleando, tal y como hacen los Hunters
siempre, y para colmo es mucho más rápido que él. Erik logra cortarle el cuello,
pero N° 13, que ya había atacado, le clava la katana a Erik en el pecho, luego
cae al suelo, inerte. Él se quita ese filo del pecho, toca la herida con la
mano, viendo la sangre cubriéndola, para luego caer de rodillas al suelo.
—¡Erik!
—grita Rebeca acercándose a él.
—CUMPLÍ… MI
PROMESA…
Se
quita la máscara para mirarla, esboza una pequeña sonrisa, luego cierra los
ojos y cae para atrás, inconsciente. Rebeca lo toma en sus brazos, ve cómo las
heridas de Erik dejan de sangrar para comenzar a cicatrizar. Le acaricia el
rostro que desconoce, ¿qué pasó con esa carita de dulce y bonita que tenía? ¿En
qué momento su rostro se transformó en el maduro y varonil rostro de un hombre?
Le corre el cabello y lo mira con tristeza, pero escucha un gemido de dolor
cercano y voltea, viendo a MADRE en el suelo, rodeada de cuerpos de Hunters
muertos. Suelta a Erik y corre hacia ella, viéndola gravemente herida en el
suelo, su ropa blanca ahora es color carmesí, y con el cierre de su campera
abierta hasta el ombligo puede apreciarse el gran volumen de sus pechos y las
muchas cicatrices en él.
MADRE
sonríe al verla con vida, Rebeca le explica que Erik la salvó, y ella pregunta
si aún está con vida, al oír que sí lo está, sonríe, si un Hunter rompió con
las reglas establecidas en su programa sólo para salvar a una amiga de la
infancia, significa que aún tiene posibilidad de ser una persona normal y
decente.
Levi,
Joel y Ángel se acercan corriendo, y MADRE les da la orden de llevar a Erik a
la enfermería, mira a su alrededor, viendo tantos cadáveres. Luego se desmaya
llorando al ver a sus “hijos” muertos.
Soy una madre que no fue capaz de salvar
a sus hijos…
Joel,
a pesar de estar muy herido, la alza en sus brazos porque no desea que nadie
más la toque, sólo él. La lleva rápido para adentro, esquivando cuerpos caídos
y charcos de sangre, hasta entrar en la enfermería, viendo a Cynthia y Eva
curando a los heridos, junto con un chico, y con tristeza les ruega que salven
a MADRE.
Luego
de curar a todos, Cynthia va a agradecerle a Levi, habla con él, trata de
conocerlo, de ver si realmente es un chico malo. Y hablando con él es que lo
conoce, que se da cuenta de que es una persona buena… se disculpa con él por
todo el daño que le hizo y le ofrece su amistad, amistad que él acepta con una
sonrisa.
Levi
mira de lejos a Erik descansando en una camilla, suspira pensando:
Si una chica estúpida y rica del Edén
pudo convertirse en una guerrera temible y conseguir el puesto de líder, y otra
chica estúpida del Edén pudo derrotar a un Hunter sin conocimientos de pelea,
entonces un Hunter asesino puede regresar a ser una persona de bien…
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