viernes, 17 de agosto de 2012

Proyecto Edén: Capítulo Nº 7



Un nuevo día comienza, el día en el que los “sorprenderán” los Hunters, aunque todos están preparados, listos para luchar, entrenados debidamente.
MADRE revisa las armas, ordena a todos estar listos, tener varios cargadores preparados, y a los que no suelen usar cuchillos, les ordena llevar uno, así sus vidas correrían menos riesgo en caso de que las balas se acabasen. Camina de un lado a otro, tranquilizando a su gente, con su rostro serio, caminando lentamente con su típica ropa de pelea, un pantalón blanco, campera blanca abrochada hasta el ombligo, mostrando su profundo escote, y borcegos de igual color.
Rebeca se cambia de ropa, se quita su remera negra y se pone el corsé, que permite que sus pechos estén perfectamente firmes, permitiéndole pelear sin problema. Se coloca las armas con arneses en las piernas y en la espalda, ata bien el pañuelo de Erik en su bota derecha y coloca debajo un cuchillo de guerra. Ese pañuelo siempre le dio suerte, le recuerda que debe ser aún más fuerte, la llama a seguir y superarse a sí misma.
Joel fuma su último cigarrillo antes de salir a pelear, mientras esperan el aviso de los vigilantes sobre la llegada de los Hunter. Sopla el humo de su cigarro, disfrutando ese sabor a tabaco. Se concentra en imaginar la pelea, en prepararse mentalmente, en revisar sus armas y cuchillos tal y como le enseñó siempre su padre. Limpia la ceniza que cayó en su tapado de cuero y tira la colilla del cigarrillo, para luego pisarlo.
Levi peina su largo cabello mientras que tranquiliza a Eva, que tiene miedo de lo que pueda suceder en la batalla, ¿y si ella sale herida? ¿Y si alguien la ataca? Él se ríe y le promete cuidarla en caso de que algo suceda. Se hicieron grandes amigos, aún siendo tan distintos y ella hija de la persona que él más odia, son muy buenos amigos. Levi se acomoda la musculosa ajustada negra, coloca bien sus cinturones y cadenas para que le den la libertad necesaria al luchar y ajusta bien los cordones de sus borcegos largos. Se coloca los largos guantes negros sin dedos y se quita el piercing del labio, por si las dudas. No desea volver a sentir el dolor de que se lo arranquen, como una vez le pasó en el pasado.
Chris abraza a su novia Flor por la espalda, le besa el cuello diciéndole un dulce “te amo”, mientras que ella coloca sus cuchillos de lanzar que le regaló Joel en los arneses. Toma una pistola en su mano y se la coloca a Chris en la cadera, pidiéndole que se cuide en la batalla, con el rostro serio. Él sonríe y se coloca otra pistola del otro lado, más las dos que lleva en la espalda. Él es el mejor tirador de la Resistencia, su puntería es excepcional, la mejor que existe, y Flor es la mejor en lanzamiento de cuchillos y uso de los mismos. Luego de Rebeca y Joel, ambos son los guerreros más respetados del lugar.
Ángel habla con Cynthia, le deja un arma por si las dudas, pero ella se niega a aceptarla. Cuando no estaba embarazada sólo era una peleadora cuerpo a cuerpo, no le gustan las armas de fuego, pero aún así sabe usarlas. Extraña poder pelear, no le agrada sentarse a recibir heridos sin mancharse las manos o arriesgar su vida como el resto.
 Eva le desea suerte a Joel, le pide que se cuide, con las mejillas ruborizadas. Rebeca se ríe burlándose de él por conquistar a la “muñeca de cristal”. MADRE le encarga a Eva que cuide de Hayleén, a quien abraza con fuerza, como siempre hace antes de irse a la batalla, diciéndole al oído “nunca olvides todo lo que te enseñé”. Luego David, el francotirador de la Resistencia, les avisa que los Hunters se acercan. Todos los guerreros salen, mientras que los civiles normales se quedan dentro de la Resistencia, cuidándose entre sí, esperando a los guerreros con medicinas a mano por si llegan heridos.
Los guerreros miran hacia el horizonte, ven a todos los Hunters acercándose con sus armas blancas. Tanto MADRE, Rebeca y Joel, como Levi, Ángel, Flor y Chris, y los demás guerreros, cargan sus armas y comienzan a disparar, tratando de vencer a los Hunters sin tener que luchar cuerpo a cuerpo. El hecho de que los Hunter no usen armas de fuego les da el privilegio de atacar sin necesidad de cubrirse, así que al tenerlos a una distancia segura, MADRE espera un poco, luego da la orden para disparar.
—Mierda, tengo miedo… —dice Daniela, la chica pelirroja vestida como colegiala y con una escopeta en la mano.
—¡¿Cómo podés temer con esa cosa en la mano?! —dice una chica riéndose.
—Es normal temer en estos momentos… —acota Chris disparando con sus armas en ambas manos a distintos Hunters, casi sin mirar sus blancos.
—Sólo un cobarde puede temer ahora —dice Flor mirando a su novio concierta vergüenza ajena, es una mujer fría y fuerte.
—¡Concéntrese! Un segundo que se distrajeron y eso será lo último que hagan, ¿o acaso quieren ver cómo los Hunter les cortan la vida con su acero? —MADRE los mira seria, luego voltea para disparar—. Cobarde es quien no teme, porque se confía demasiado… ¡que el miedo los haga fuertes y les de la habilidad para seguir!
—¿Y si morimos? —pregunta Daniela, MADRE la mira entrecerrando los ojos.
—A veces me pregunto por qué te aceptó Christopher con nosotros, si le temés a todo… —gruñe, pensando en el “porqué” el anterior PADRE la aceptó, Daniela es la chica más extrovertida y ninfómana que puede existir, eso responde su pregunta, después de todo, por más dulce, caballeroso y respetuoso que haya sido Christopher, seguía siendo un hombre con necesidades de hombre.
—¡Me aceptó porque sé luchar! —grita Daniela esquivando un ataque de una Hunter que se acercó mucho a ellos. Le pega un culatazo en la nuca y le dispara, matándola—. Ah, no era tan difícil como creí –—se ríe, MADRE la apunta asustándola, hasta que le dispara a un Hunter que tenía tras suyo.
—No le temas a la muerte, hija, porque la muerte es la única que te abrazará en el final…
Los intentos por mantener a los Hunters alejados fueron en vanos, así que ahora luchan casi cuerpo a cuerpo, aunque continúan gastando balas inútilmente.
Joel pelea contra dos Hunters, está agotado por su trabajo como “gigoló”. Le pega una patada a un Hunter, le lanza otra y lo arroja al suelo, luego rápidamente se coloca tras él y le dispara dos veces en la nuca, matándolo. La otra Hunter se le tira encima para lastimarlo con sus dos dagas, cortándole la espalda. Joel grita de dolor y cae al suelo, la Hunter se le lanza encima en un intento por arrancarle la vida, pero él le dispara en el pecho, aún así ella no frena, como si no sintiera esas balas atravesándola, sigue intentando matarlo. Joel la toma del cabello y comienza a golpearla en el cuerpo, ya que en el rostro tiene la máscara, pero ella le clava una de sus dagas en el costado del cuerpo, haciendo que Joel la suelte. Se le tira encima y forcejea con él para degollarlo. Joel puede escuchar los disparos a su alrededor mientras forcejea, los gritos de sus compañeros, las órdenes de MADRE, las órdenes de otros compañeros. Escucha el sonido de las espadas y aceros de los Hunters. No puede quitarse a la Hunter de encima, es muy fuerte, la golpea pero ella continúa, aún así él no tiene miedo, nunca se siente más vivo como cuando pelea, nació para eso, nació siendo un guerrero.
—Soy el cuervo, y les traigo muerte… —dice al clavarle en el vientre un cuchillo.
Se escucha un disparo cercano y su contrincante cae muerta sobre él, manchándole el rostro con su sangre. Joel respira hondo, aliviado, entonces mira para ver quien lo salvó, viendo a Ángel sonriendo con la pistola en la mano. Cierra los ojos y suspira con una sonrisa.
—Veo que necesitabas algo de ayuda Cuervito —Ángel le da la mano para ayudarlo a levantarse.
—¡Pero si lo tenía todo controlado! —sonríe y se agarra la herida en el costado del cuerpo con dolor.
—Tengo que llevarte para adentro… —pasa el brazo derecho de Joel por su hombro para ayudarlo a caminar.
—No, estoy bien… puedo seguir peleando, estuve en situaciones peores, un cuchillito no me va a matar. Soy el cuervo, preveo la muerte pero no muero —sonríe de manera engreída, corriendo a Ángel.
—El cuervo, a donde vas, la muerte llega.
—Pero nunca viene por mí —sonríe mientras recarga su pistola—. Oh, tenemos compañía… —mira a unos Hunters frente a ellos.
—¿Cómo en los viejos tiempos? —Ángel sonríe hacia un costado.
—¡Oh si! ¡El que más Hunters mata más cigarros gana!
Se ponen espalda con espalda a disparar y pelear juntos, como siempre hicieron. Compitiendo entre sí, riéndose y disfrutando de esa batalla.
MADRE está parada con cinco Hunters muertos a su alrededor, salpicada de sangre y con ambos cuchillos chorreando en sus manos. Está agitada, herida y con el rostro lleno de odio, su mirada dulce se desvaneció, fue reemplazada por una mirada que muestra sed de sangre. En la Resistencia es la mujer más buena, dulce y cariñosa que puede existir, pero en el campo de batalla se convierte en una guerrera temible e insaciable, que elimina a todo enemigo a su paso sin preguntar. Frente suyo tiene a dos Hunters con espadas, que giran en torno a ella, observando sus movimientos, listos para atacarla. Ella los sigue con la mirada, sin perderse un solo movimiento que hagan. Vomita sangre y se agarra el pecho adolorida, momento en que los Hunters aprovechan para atacarla. Da una voltereta para esquivarlos y golpea a uno con una patada, con fuerza le lanza otra, pero el otro Hunter la ataca, ella se agacha esquivándolo, clavándole su cuchillo en la cadera. Se pone de pie y le quiere clavar ambos cuchillos en el cuello, pero él voltea y con un rápido movimiento le clava su espada en el hígado. Ella grita de dolor, se desabrocha la campera blanca hasta el ombligo y se toca la herida, ve su mano llena de sangre y se enfurece. El Hunter intenta lastimarla nuevamente, la atacan entre los dos, uno por adelante y otro por atrás, ambos la lastiman y ella grita de dolor, siendo atravesada por esas espadas. Escucha los gritos de sus soldados, todos luchando, pensando: “mis bebés sufren…”. Está por caer al suelo, vencida, pero recuerda la sonrisa de su hija Hayleén, entonces gira en el suelo y se pone de pie. Clava sus cuchillos en el cuello del Hunter que tiene delante y los gira, matándolo. Luego, con mucho dolor y lanzando un grito, se quita la espada que la atraviesa, luego voltea y le corta el vientre al otro Hunter con esa espada, que no produce ningún sonido de dolor, pero intenta atacarla. MADRE se agacha esquivándolo y le clava la espada en el estómago bien profundo, la saca y le corta la cabeza lanzando un grito guerrero. Luego sonríe y cae al suelo, mirando el cielo gris, tormentoso, amenazando con llover. Cierra los ojos recordando el rostro de su amado, pero riéndose al saber que no lo verá aún, tiene algo pendiente que resolver…
—Lo lamento Ciro, no te daré el gusto, aún no puedo morir… —murmura.
Rebeca mira a su alrededor, ve a sus compañeros pelear contra los Hunters, los ve morir, y otros vivir. Recuerda su visión,  todo se le hace igual, idéntico. Eso la llena de pavor, de dudas, de odio.
LOS TERRORISTAS… DEBEN MORIR… —dice el Hunter que está frente a ella, que lleva una katana como arma.
—¡No somos terroristas! ¡Maquina inservible!
Le lanza dos patadas al rostro, el Hunter intenta lastimarla con su katana, pero Rebeca salta y esquiva el ataque con rapidez. Se tira hacia atrás alejándose de él y le dispara tres veces en el pecho, pero él sigue caminando sin inmutarse. Rebeca escucha un par de gritos y mira hacia la Resistencia tras ella, viendo a dos Hunters ingresar al lugar, pero la lejanía y el enemigo que tiene delante no le permiten ir, así que le grita a Levi, que está libre. Él voltea, los ve y comienza a correr a gran velocidad, le dispara en la nuca a dos Hunters que tiene delante. Una Hunter le corta la espalda, pero él le pega una patada y le dispara al cuello mientras salta y sigue corriendo, esquivando todo tipo de ataques, saltando alto, demasiado alto para una persona normal, y corriendo a una velocidad sobrehumana, utilizando sus habilidades como Demonio de Bleirskin, que a la hora de batallar, son un regalo de Dios.
Flor lanza sus cuchillos al pecho de los Hunters, pero ellos no se detienen, está seria, le incomoda usar pantalón, pero aún así sigue luchando con habilidad. Sonríe, aún siendo un témpano de hielo en sentimientos, pelear la hace sentir viva. Esquiva un ataque de su enemigo y le clava en el vientre su cuchillo, retirando los que le lanzó, y cuando el Hunter voltea para atacarla, un disparo en la nuca le arrebata la vida a su atacante. Flor sonríe, ¿quién, más que su novio, podría tener tanta puntería desde tanta distancia? Mira a la lejanía, donde está Chris apuntándola, él le sonríe dulcemente, moviendo los labios en lo que sería un “te amo”, ella resopla, siempre tan dulce él, tan empalagoso, ambos completamente opuestos, pero ambos enamorados profundamente del otro.
Joel y Ángel están parados mirando los cuerpos de los Hunter muertos. Están agotados, heridos. Se ríen, terminaron con todos. Bromean y comienzan a caminar lentamente hacia adentro, ya que Joel está muy herido y le cuesta mantenerse en pie. Saca su paquete de cigarrillos, pero antes de encender su cigarro ve a un Hunter cerca de ellos, Ángel maldice intentando disparar, pero ya no tiene más balas. Maldice nuevamente, pero Joel lo echa, Ángel no desea dejarlo solo, no en ese estado, pero la mirada de Joel lo convence. El Hunter se acerca a ese joven rubio de peinado extraño, se paran frente a frente, mientras que Joel lo mira hacia abajo por esa cabeza y media de altura que los separa.
HMPH, ¿OTRA VEZ VOS…?
—Tenemos un asunto pendiente… ¿verdad, Zero?
¿QUERÉS MORIR…? PUEDO CUMPLIR TU DESEO…
—Soy el Cuervo, y el Cuervo no muere… no me vas a vencer.
ESO DECÍAN… LOS OTROS QUE MATÉ… —levanta su espada, apuntándolo.
—¡Qué cagón que sos! Estoy desarmado y me atacás con una espada gigante, ¿tanto miedo de morir tenés? —Joel se ríe.
Erik se ríe con su voz mecanizada, y deja lentamente la espada en el suelo, vigilando los movimientos de su enemigo. Luego se para firme, esperando a ser atacado. Pero a pesar de sus heridas, Joel sigue siendo muy rápido y lo ataca de improviso, apenas dándole tiempo a esquivarlo. Joel es rápido, mientras que Erik no lo es tanto, no con su musculatura, pero él es mucho más fuerte…
—Hiciste llorar mucho a Rebeca —Joel le da una fuerte patada al costado del cuerpo—. ¡Y eso no te lo voy a perdonar!
¿YO LA  HICE… LLORAR...? —Erik mira hacia la derecha, donde Rebeca pelea contra el Hunter, viendo que él está ganando.
—Sí, la hiciste llorar, ¿acaso no te acordás de ella, de cuánto te quería? —le pega una trompada en el vientre.
Erik esquiva el siguiente golpe y le lanza una trompada, pero Joel la esquiva con rapidez, lanzándole una fuerte patada. Erik le frena la pierna y lo levanta en el aire, para luego arrojarlo al suelo con fuerza. Joel se queja de dolor, pero cuando Erik intenta pisarlo se corre a un costado y le patea las piernas en un intento por hacerlo caer, sólo que él no es un tronco fácil de talar. Joel se pone de pie y se aleja un poco, pero Erik amenaza con darle una trompada en el rostro, para luego cambiar su ataque en el último segundo y lanzarle una patada al costado del cuerpo que lo arroja lejos. Se acerca enseguida y lo agarra de la cabeza, apretándola en su mano, mientras que Joel grita con un sufrimiento agonizante, entonces lo patea en un intento por soltarse. Pero cuando Erik impulsa el brazo como para aplastarle la cabeza contra el suelo, se escucha el grito de Rebeca…
Dentro de la Resistencia, los dos Hunters que ingresaron mataron a algunas personas e hirieron a otras, dos de los muertos eran chicos no-guerreros que intentaron detenerlos. Los Hunters entran en una habitación y quieren lastimar a Cynthia, Eva y Hayleén, que están ahí. Pero Eva alza a Hayleén y corre de ahí, pensando en defenderla aún así le cueste la vida, utilizando toda la fuerza de sus piernas para correr, siendo perseguida por una Hunter. El otro se queda con Cynthia y levanta su espada para matarla, ella se pone contra un rincón, aterrada, viendo a ese enorme hombre casi robótico, de cabello largo y rojo a punto de asesinarla, rojo, como la sangre que pronto recorrerá su cuerpo y marcará el suelo. Cierra los ojos y grita sin saber qué hacer, pero como no pasa nada los vuelve a abrir, viendo a Levi frente a ella apoyado con sus manos en la pared, un poco inclinado sobre ella, con un rostro lleno de dolor y con la espada atravesada en el estómago, sangrando de gran manera.
—L-Levi… ¿por qué? —lo mira sorprendida, mientras el Hunter quita su espada, haciendo que Levi grite de dolor.
—¿E-estás bien? —mira a Cynthia con una sonrisa.
—Sí…
Levi voltea y el Hunter intenta cortarlo con la espada, pero logra esquivarlo y golpearle las piernas, haciendo que caiga al suelo. Mira al Hunter tratando de encontrar todos su puntos débiles, tratando de ver cómo llegar tras él para golpearle la nuca. Quiere golpearlo en su punto débil, pero el Hunter voltea y le corta el pecho con la espada. Levi cae al suelo, y su enemigo aprovecha para intentar cortarle la cabeza con su espada, única forma en la que se cree que podría morir. Pero entonces se escucha un disparo y el Hunter cae al suelo sin vida, Levi levanta la cabeza, viendo a Cynthia con el ceño fruncido, apuntando con el arma que Ángel le dejó.
—Cynthia… ¿me salvaste…? —la mira sorprendido, Cynthia al igual que el resto lo odia de gran manera, ella siempre disfruta de molestarlo e insultarlo.
—Fue… ¡fue un impulso! No quise salvarte, ¡jamás salvaría a un demonio como vos! —le corre la mirada, tocándose la panza de embarazada. Él sonríe con cierta felicidad.
—Gracias de todas formas…
Eva cubre con su cuerpo a Hayleén en un rincón del gimnasio, mientras que frente suyo está la Hunter con un sable en la mano. Está agitada, asustada, llena de pánico. Puede escuchar sus propios latidos del corazón casi aturdiéndola. Cierra los ojos esperando su muerte, recordando el Edén, su padre, siempre ocupado, siempre trabajando. Sus amigas, despreocupadas y con sólo dos cosas en la mente “moda y chicos”, recuerda a Virgil, ese chico que dice amarla y al cual ella desprecia. En Joel, ese chico hermoso, mujeriego y engreído que comenzó a gustarle muchísimo. “¿Moriré sin siquiera recibir mi primer beso?” piensa. Pero al escuchar a la Hunter más cerca y lista para atacar, algo dentro suyo se acciona, algo dentro suyo le dice “Vos podés”. Así que empuja a Hayleén a un costado y esquiva, sin saber cómo, el ataque de la Hunter. Luego se pone de pie, sorprendida de sí misma, asustada de sí misma.
Vamos Eva, tantas horas encerrada en el cuarto de realidad virtual, tantas horas jugando juegos de guerra. Eso, ¡eso! Es sólo otro juego de guerra, no es la realidad, no es la realidad… ¿qué haría Snake en este momento? —piensa al correr por el gimnasio escapando de su atacante.
Ve un cristalero lleno de armas, corre lo más rápido que puede con sus piernas temblorosas y rompe el vidrio de una trompada. Se llena de dolor y siente deseos de llorar al sentir los vidrios clavándose en sus nudillos, mientras que siente tras suyo a la Hunter y escucha los gritos desesperados de Hayleén. Toma un arma en su mano, un cargador y corre más lejos.
Vamos, vamos… esto… esto es así, ¡lo hiciste mil veces en realidad virtual! Dale… —coloca el cargador con sus manos temblorosas y le quita el seguro— Se realista Eva, esto es la realidad, no un videojuego. Si muero, muero, no voy a poder reiniciar el juego. Si me equivoco muero… —corre hacia otro lado, voltea y le dispara a la Hunter cerrando un ojo, le da en el hombro— No, pierdo percepción y el nivel de profundidad con un solo ojo, necesito ambos ojos para que la trayectoria sea certera, que la vista no me engañe. Vamos ojos, hagan algo útil más que leer… —apunta nuevamente con ambas manos y le dispara en el pecho, pero al ver que no se detiene se asusta y retrocede. Vuelve a dispararle y nada, la Hunter parece no sentir las balas, incluso corre así de herida y la ataca con el sable, Eva la esquiva con dificultad, lanzando un grito fino— Que todas esas horas que desperdicié de mi vida tengan sus frutos ahora… —le dispara en la espalda y en la nuca, y es ahí cuando la Hunter cae inerte en el suelo, cubierta de sangre— Y mi padre decía que los juegos de realidad virtual eran inventos inútiles…
Aún así Eva se acerca hacia ella con cuidado, apuntándola y la patea con el pie, al ver que realmente está muerta sonríe, luego reacciona en lo que acaba de hacer. Tira el arma al suelo y retrocede asustada, luego se deja caer al suelo con un rostro traumado.
—¡Eva! ¡Lo hiciste! —Hayleén salta festejando, rebosante de alegría.
—Maté a una persona…
—No son personas, ¡son Hunters!
—Tenía un corazón, tenía vida… y yo se la quité —se mira las manos temblorosas y comienza a llorar de forma histérica.
En ese momento entra Levi corriendo, ya curado de sus heridas. Al ver a la Hunter muerta y a Eva llorando en el suelo, se sorprende y se acerca lentamente, los Hunters son los enemigos más fuertes, en seis años de lucha contra ellos recién ahora aprendieron como derrotarlos y ella venció a uno sin tener conocimientos de pelea.
—¿Eva, vos… mataste un Hunter?
—Maté a un ser vivo… — continúa mirándose las manos.
—Tranquila Eva, no pasa nada…
—¡Maté a un ser vivo!
—Entiendo tu dolor, pero le salvaste la vida a Hayleén… —le acaricia la espalda sonriéndole con dulzura.
—Levi… ¿cuándo fue que pasé de ser una nerd rica que amaba los videojuegos, a ser una asesina? —llora con más fuerza y él la abraza.
—No llores, no es lindo verte llorar, sos la persona más alegre que conozco… si vos llorás, ¿qué nos queda a los depresivos? —le besa la cabeza pelirroja, con las raíces rubias que comienzan a notarse.
—Soy una asesina, soy una sucia asesina…
—No, sos una chica hermosa y dulce que salvó la vida de una niña —la suelta y le acaricia el rostro sonriendo—. Asesino es una palabra que me describe a mí, después de todo soy un arma fallida que mataba por placer…
Rebeca sigue peleando, pero no da más, está muy agotada y apenas puede mantenerse en pie. Esquiva al Hunter lo mejor que puede, ya no le quedan balas, sólo puede pelear cuerpo a cuerpo, pero su enemigo la ataca y ella no llega a esquivarlo… sin saber porqué, en un segundo, Rebeca cae al suelo, y con el rostro completamente asombrado mira a Erik de espaldas, con la katana atravesada en el estómago. Él gira la cabeza para verla.
YO PROMETÍ QUE… TE CUIDARÍA POR SIEMPRE Y PARA… SIEMPRE, Y QUE JAMÁS DEJARÍA QUE NADA… TE PASE... —se quita la katana tomándola del filo, cortándose la mano.
—Erik… te acordaste…
¿ESTÁS BIEN?
ZERO, LO QUE HACÉS ES… ILEGAL, SERÁS ARRESTADO... —el Hunter lo apunta con el dedo índice.
DEJÁ A REBECA EN PAZ…
ZERO, DEBERÉ ARRESTARTE POR… TRAICIÓN AL LEGADO BLEIRSKIN, POR CÓMPLICE DE LOS… TERRORISTAS...
SÓLO CUMPLO CON UN JURAMENTO PASADO Nº 13, RENDITE… Y NO TE HARÉ DAÑO... —levanta su enorme espada, preparándose para pelear.
ENTONCES… MORÍ CON ELLOS, ZERO... —intenta atacarlo, pero Erik lo esquiva, luego lo mira, lo ve desarmado, gira la katana en su mano apuntándolo con el mango, devolviéndosela.
Nº 13, SI VAMOS A PELEAR... HAGÁMOSLO BIEN...
Erik agarra su espada gigante y se pone en posición de pelea, al igual que N° 13. Se queda quieto, esperando ser atacado, él jamás empieza una pelea. Recuerda una voz enseñándole eso en su infancia, esa voz masculina discutiendo con otra voz, ambos rubios… pero no recuerda sus nombres, ni sus rostros, sólo sus voces, sus consejos, sus palabras. Siempre las recuerda.
Rebeca lo mira pelear contra los suyos, sólo por defenderla, sólo por salvarla. Sonríe y siente una emoción inmensa, quizás, sólo quizás, en ese ser que desconoce aún exista ese niño dulce y fuerte que tanto había querido en el pasado.
—¡Se acuerda de mi! —se dice a sí misma, pero una voz en su interior murmura—. Estúpida, nunca te olvidó...
Nº 13 intenta cortar a Erik con la katana, él lo esquiva y lo corta con la espada pero no llega a detenerlo. Su hermano sigue peleando, tal y como hacen los Hunters siempre, y para colmo es mucho más rápido que él. Erik logra cortarle el cuello, pero N° 13, que ya había atacado, le clava la katana a Erik en el pecho, luego cae al suelo, inerte. Él se quita ese filo del pecho, toca la herida con la mano, viendo la sangre cubriéndola, para luego caer de rodillas al suelo.
—¡Erik! —grita Rebeca acercándose a él.
CUMPLÍ… MI PROMESA
Se quita la máscara para mirarla, esboza una pequeña sonrisa, luego cierra los ojos y cae para atrás, inconsciente. Rebeca lo toma en sus brazos, ve cómo las heridas de Erik dejan de sangrar para comenzar a cicatrizar. Le acaricia el rostro que desconoce, ¿qué pasó con esa carita de dulce y bonita que tenía? ¿En qué momento su rostro se transformó en el maduro y varonil rostro de un hombre? Le corre el cabello y lo mira con tristeza, pero escucha un gemido de dolor cercano y voltea, viendo a MADRE en el suelo, rodeada de cuerpos de Hunters muertos. Suelta a Erik y corre hacia ella, viéndola gravemente herida en el suelo, su ropa blanca ahora es color carmesí, y con el cierre de su campera abierta hasta el ombligo puede apreciarse el gran volumen de sus pechos y las muchas cicatrices en él.
MADRE sonríe al verla con vida, Rebeca le explica que Erik la salvó, y ella pregunta si aún está con vida, al oír que sí lo está, sonríe, si un Hunter rompió con las reglas establecidas en su programa sólo para salvar a una amiga de la infancia, significa que aún tiene posibilidad de ser una persona normal y decente.
Levi, Joel y Ángel se acercan corriendo, y MADRE les da la orden de llevar a Erik a la enfermería, mira a su alrededor, viendo tantos cadáveres. Luego se desmaya llorando al ver a sus “hijos” muertos.
Soy una madre que no fue capaz de salvar a sus hijos…
Joel, a pesar de estar muy herido, la alza en sus brazos porque no desea que nadie más la toque, sólo él. La lleva rápido para adentro, esquivando cuerpos caídos y charcos de sangre, hasta entrar en la enfermería, viendo a Cynthia y Eva curando a los heridos, junto con un chico, y con tristeza les ruega que salven a MADRE.
Luego de curar a todos, Cynthia va a agradecerle a Levi, habla con él, trata de conocerlo, de ver si realmente es un chico malo. Y hablando con él es que lo conoce, que se da cuenta de que es una persona buena… se disculpa con él por todo el daño que le hizo y le ofrece su amistad, amistad que él acepta con una sonrisa.
Levi mira de lejos a Erik descansando en una camilla, suspira pensando:
Si una chica estúpida y rica del Edén pudo convertirse en una guerrera temible y conseguir el puesto de líder, y otra chica estúpida del Edén pudo derrotar a un Hunter sin conocimientos de pelea, entonces un Hunter asesino puede regresar a ser una persona de bien…

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